Pasar al contenido principal

madre

Vientres rentados: de Ricky Martin a Nicole Kidman

Hay una máxima (regla, principio o proposición generalmente admitida) que en latín dice «mater semper certam est, pater numquam». Traducida al lenguaje popular, viene a decir que uno siempre sabe quién es su madre pero sobre el padre la seguridad es diferente.

A juzgar por las posibilidades técnicas de hoy, parece que aquella máxima latina también ha entrado en crisis o al menos ha quedado desfasada.

Madre, aquí estoy

Madre, aquí estoy

Madre, ¿quieres mi trabajo?
- Aquí estoy.

¿Quieres que todas las fuerzas de mi espíritu
lentamente se desangren?
- Aquí estoy.

¿Quieres mi muerte?
- Aquí estoy,
pero procura que todos
los que tú me has confiado
amen a Jesús,
vivan para Jesús,
y aprendan a morir por Jesús.
Amen

Lléname de paz

Lléname de paz

María, madre de Dios, Madre mía, Reina de la Paz,
pide a tu hijo Jesús me conceda el don de la Paz.
Ora por mí para obtener Paz, paz en mi corazón,
paz en mi mente y alma, paz en mi familia,
paz con todos aquellos que encuentro en mi camino,
la paz de Jesús.

Jesús, mi Señor y Salvador, mi hermano,
Rey de la paz, acudo a Tí con María, Reina de la Paz,
para pedirte humildemente el don del Paz.
Derrama sobre mí tu Espíritu Santo de la Paz.

Glosa de la Salve

Glosa de la Salve

¡Dios te salve, Virgen pura,
Reina piadosa del mundo,
Madre de vida y dulzura,
Acoge el ruego profundo
De tus hijos sin ventura!

¡Hijos que por ti clamamos
Desterrados hijos de Eva,
Que a Ti ¡oh Madre! suspiramos
En este valle de prueba
Donde sin cesar lloramos.

¡Tus hijos siempre y ahora
Triste te elevan el alma!...
¡Óyelos, Madre y Señora,
Con esa piedad que calma
Los gemidos del que llora!

Dame Madre

Dame Madre

Dame tus ojos, Madre,
para saber mirar
si miro con tus ojos, jamás podré pecar.
Dame tus labios, Madre,
para poder rezar,
si rezo con tus labios... Jesús me escuchará.
Dame tu lengua, Madre,
para ir a comulgar,
es tu lengua patena de gracia y santidad.
Dame tus manos, Madre,
que quiero trabajar,
entonces mi trabajo, valdrá una eternidad.
Dame tu manto, Madre,
que cubra mi maldad,
cubierta con tu manto al cielo he de llegar.
Dame tu cielo, oh Madre,
para poder gozar ,

15 minutos con Maria Auxiliadora

15 minutos con Maria Auxiliadora

¡María! ¡María! ¡Dulcísima María, Madre querida y poderosa Auxiliadora mía! Aquí me tienes; tu voz maternal ha dado nuevos bríos a mi alma y
anhelosa vengo a tu soberana presencia... Estréchame cariñosa entre tus brazos... deja que yo recline mi cansada frente sobre tu pecho y que deposite en él mis tristes gemidos y amargas cuitas, en íntima
confidencia contigo, lejos del ruido y bullicio del mundo, de ese mundo que sólo deja desengaños y pesares.

Oración del día de las madres

Señor Jesús:

Gracias por las madres que nos has dado.

Los más nobles sentimientos que tenemos,

los sembró en nosotros nuestra madre:

la fe, la honestidad, el amor al trabajo.

Señor Jesús:

En esta hora de retos y desafíos,

las madres necesitan de tu ayuda:

para atender a la casa y al trabajo,

para hacer de padre y madre,

para educar en los valores cristianos,

para defenderse de la tentación,

para no caer en el pecado.

Señor Jesús:

Santa Francisca Romana

9 de Marzo Santa Francisca romana (año 1440). Esposa, madre, viuda y apóstol seglar.

Francisca nació en Roma en el año 1384. Y en cada año, el 9 de marzo, llegan cantidades de peregrinos a visitar su tumba en el Templo que a ella se le ha consagrado en Roma y a visitar el convento que ella fundó allí mismo y que se llama "Torre de los Espejos".

Madre de la divina misericordia

Cuando pensamos que Dios necesitó del hombre para ofrecer su Amor salvador. Cuando pensamos que quiso venir al mundo para caminar a nuestro lado. Cuando pensamos que el Cuerpo de Jesús necesitó una Madre que lo acogiese y amase para estar entre nosotros. Cuando pensamos que no hay Redención sin efusión de Sangre, y que no hay Sangre sin Encarnación... Entonces no podemos dejar de mirar a María, y llamarla, con el corazón lleno de esperanza, usando uno de sus títulos más bellos de la piedad mariana: “Madre de la divina misericordia”.