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La Oración Mariana
La Oración Mariana
Si queremos que nuestra oración y la oración de la Iglesia sea verdaderamente una fuente de crecimiento espiritual, ésta debe ser como la oración de María, es decir ha de ser: Simple. Es la oración que brota del corazón, de aquellos que saben como María que en hacer la voluntad del Padre está la felicidad; para ellos no hay lugares especiales, ni posiciones, ni palabras. Cualquier momento y lugar es apto para decir: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se goza en su presencia". Perseverante y confiada.
La Oración de Jesús
Una de las oraciones poco conocidas en nuestra cultura occidental es lo que los orientales llaman: "La Oración de Jesús" o la "Oración del Corazón". Esta oración consiste en dejar que el nombre de Jesús se impregne en nuestro corazón y en nuestro pensar. Esto lo consiguen ellos repitiendo continuamente una invocación a Jesús, que ordinariamente es: "Señor Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mi". Para ayudarse han construido una especie de rosario que en vez de cuentas tiene 100 pequeños nudos y en cada nudo repiten esta invocación.
Oración
Oración
Para muchos la dificultad en la oración consiste en que nadie nos ha enseñado a orar. Cuando pequeños nuestros padres y catequistas nos enseñaron más que otra cosa a rezar. Es decir a repetir de forma litánica algunas fórmulas entre otras, por ejemplo, el Padrenuestro. El rezo se transforma en oración en la medida en que lo que decimos (o pensamos) nace de corazón y deja de ser una formula sin sentido. Orar, decía santa Teresa, es derramar el corazón en la presencia del Amado.
Oración para antes de dormir
Oración para antes de dormir
Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz, y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor. Así sea.
Jesús, José y María,
os doy el corazón y el alma mía.
Jesús, José y María,
asistidme, en mi última agonía.
Jesús, José y María,
recibid, cuando yo muera en paz, el alma mía.
Oración para pedir vocaciones Maristas
Oración para pedir vocaciones Maristas
Señor, que pides a tus seguidores vivir en amor y unidad para que el mundo crea en Ti, danos la gracia de la conversión verdadera y la fuerza de ser testigos tuyos entre las gentes.
¡ Oh, María, que eres Nuestra Buena Madre, escucha la súplica que te dirigimos con las mismas palabras de tu siervo San Marcelino Champagnat : "Esta es obra tuya. Tú nos has congregado, a pesar de las contradicciones del mundo, para procurar la Gloria de tu Divino Hijo.
Otro tipo de secuestros
Cada secuestro es un drama. Un hombre o una mujer caen en manos de delincuentes o de terroristas despiadados. Pierden su libertad, son tratados como simples “objetos” de los que se busca sacar dinero o “ventajas políticas” para la propia ideología asesina.
La víctima sufre intensamente. Sufre, de un modo especial, al pensar en quienes le aman, en quienes participan más de cerca de su tragedia, del sucederse de días de esperanza y de días angustiosos de silencio o de amenazas.
Objetos, animales y personas
Los objetos no nos asustan. No tenemos miedo del escritorio, de la pared, de la cama, del bolígrafo. Manejamos con habilidad la computadora, el teléfono, el iPod. Estamos seguros de que funcionará el aparato de música y que encontraremos fácilmente aquella melodía que tanto nos gusta.
Obispos españoles en su sitio
En una sociedad libre y democrática cada institución, grupo representativo e incluso personas, han de saber ocupar el lugar que en justicia y por derecho les corresponde, para bien de la entera sociedad. Los prelados españoles han sabido estar en su sitio en el controvertido asunto de los mal llamados “matrimonios gays”.
-Cuando parecía que en España valía todo y que las cosas iban manga por hombro.
-Cuando parecía que el poderoso lobby homosexual se había adueñado de la situación.
Obispas anglicanas
La Iglesia anglicana da la impresión de estar desnortada. Al no tener clara ni su propia identidad ni los referentes evangélicos, camina sin rumbo fijo y sembrando el desconcierto entre el propio clero y el abandono imparable de sus fieles.
Primero fue la defensa de los sacerdotes homosexuales, aceptándoles oficialmente con naturalidad al ministerio. Luego fue la aprobación de sacerdotisas, idem de idem. Ahora vienen con las obispas.