En una sociedad libre y democrática cada institución, grupo representativo e incluso personas, han de saber ocupar el lugar que en justicia y por derecho les corresponde, para bien de la entera sociedad. Los prelados españoles han sabido estar en su sitio en el controvertido asunto de los mal llamados “matrimonios gays”.
-Cuando parecía que en España valía todo y que las cosas iban manga por hombro.
-Cuando parecía que el poderoso lobby homosexual se había adueñado de la situación.
-Cuando parecía que los medios progubernamentales habían mentalizado a la población.
-Cuando parecía que el Gobierno socialista iba a cambiar la familia y el matrimonio.
-Cuando parecía que algunos teólogos eran ellos los maestros de la fe y de la moral.
-Cuando parecía que la Ley iba a imponerse sobre cualquier otra consideración .
He aquí que los pastores de la Iglesia católica, en sintonía con la Curia vaticana, con su enseñanza tradicional y milenaria , con el apoyo unánime de otras confesiones –judíos, mahometanos-protestantes etc- en representación de la generalidad de las familias católicas y el sentir generalizado de los españoles..,han sabido estar en el puesto que les corresponde –sin ingerencias de ningún tipo- y con todo derecho y oportunidad, decir su palabra oficial y autorizada, a favor de la familia y el verdadero matrimonio.
No se han ido por las ramas y con toda contundencia han apelado a la objeción de conciencia, y emplazado a los funcionarios y parlamentarios católicos se opongan a una ley inmoral e injusta. ¡Bien por los obispos españoles que han sabido estar en su sitio¡.