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María y los primeros cristianos

El amor a María no es un invento tardío o una superstición introducida por el emperador Constantino. Ya hemos visto los textos del Evangelio. Y, si leemos el libro de los Hechos de los Apóstoles, veremos que aquellos primeros cristianos del siglo I: Perseveraban unánimes en la oración con María, la madre de Jesús (Hech 1, 14). No podían vivir solos, necesitaban del apoyo y del amor maternal de María, para no equivocarse en la fe. Y María les daba ejemplo y acudía con ellos a la misa diaria.

María, una mujer inmensamente feliz

María fue una mujer inmensamente feliz... Su presupuesto era de dos reales. No tenía dinero, coche, lavadora, televisor ni computadora, ni títulos académicos. No era directora del jardín de niños de Nazareth. Tampoco presumía de nombramientos, como Miss Nazareth. María a secas. No salió en la televisión ni en los periódicos.

Pero poseía una sólida base de fe, esperanza y caridad y de todas las virtudes. Tenía gracia y santidad...Tenía a Dios, y, a quien tiene a Dios, nada la falta.

María, una misión y una respuesta

Muchas veces, escuchamos a personas que hablan de María, cómo si fuera alguien muy distinto a nosotros y por lo tanto, alguien a quien no se puede imitar porque está muy lejos de ser una persona como cualquiera de nosotros. Resulta ser todo lo contrario, a María la debemos imitar todos.

María era una persona, igual a cada uno de nosotros, no sabía que era una criatura excepcional y le costaba hacer las cosas, igual que a cualquiera. Y nosotros podemos encontrar en ella muchas cosas que imitar.

María, nos defiende del maligno

María nos defiende del poder del maligno, que siempre está al acecho para hacernos pecar y alejarnos de Dios. Y, en caso de pecar, Ella, como buena madre, nos busca y nos espera para presentarnos arrepentidos ante Jesús.

San Alfonso María de Ligorio cuenta en el libro Las Glorias de María la famosa historia de Teófilo, escrita por Eutiquiano, patriarca de Constantinopla, testigo ocular de esta historia y confirmada por san Pedro Damián, san Bernardo, san Buenaventura y otros.

María, la que más conoce y mejor puede enseñar

Conversión: cambio, nueva vida, hombres y mujeres nuevas. El Reino de Dios está cerca. El reino del Diablo se acabó. De ahí el cerrar la puerta al pasado y abrirla a la nueva vida. Arrepentirse del pecado: dejar la enemistad con Dios, dar la espalda al pecado en todas sus formas. La nueva religión exige un rompimiento fuerte con la vida anterior, la vida que era la muerte en el pecado y en la desvergüenza. El que no nace de nuevo no puede ser cristiano, como afirmaba Jesús a Nicodemo.

La “malvada” Inquisición

«Ante la opinión pública, la imagen de la Inquisición representa de alguna forma un símbolo de antitestimonio y escándalo. ¿En qué medida esta imagen es fiel a la realidad?», se preguntaba el Papa Juan Pablo II en una carta dirigida al Card. Etchegaray al término de un simposio sobre la Inquisición. Y advertía: «Antes de pedir perdón es necesario conocer exactamente los hechos».

María, guía y modelo

Santa Teresa del Niño Jesús, hablando de ciertos sermones sobre la Virgen Santísima, decía: “se la presenta a la Virgen inaccesible, habría que presentarla imitable”.Es verdad que María es inaccesible en los altísimos privilegios que coronan su maternidad divina, y es justo considerar tales privilegios para admirar, contemplar y alabar las grandezas de nuestra Madre y para enamorarnos más de ella; pero al mismo tiempo hay que mirar a María en el cuadro concreto de su vida terrena, ambiente humilde y sencillo, que no rompe las líneas de la vida ordinaria común a toda madre de

Matrimonio entre homoxesuales ¿contradictorio?

En estos dias, hemos visto como en la ciudad de México decidieron legitimar ante la ley el matrimonio (matriz-madre) entre homosexuales. En el siguiente estudio encontraremos un Instructivo serio para derimir todas nuestras dudas de tan grave desviación y confusión que vive el ser humano.

1. La homosexualidad que es el trato sexual con personas del mismo sexo, se llama uranismo cuando se realiza entre hombres; recibe el nombre de pederastía cuando tiene lugar entre hombres y niños; entre mujeres, amor lesbiano o safismo.

María, esclava del Señor, en la obra de la redención y de la santificación

60. Unico es nuestro Mediador según la palabra del Apóstol: "Porque uno es Dios y uno el Mediador de Dios y de los hombres, un hombre, Cristo Jesús, que se entregó a Sí mismo como precio de rescate por todos" (1 Tim 2,5-6). Pero la misión maternal de María hacia los hombres, de ninguna manera obscurece ni disminuye esta única mediación de Cristo, sino más bien muestra su eficacia.