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Detrás de los números

“Han muerto 56 personas en un atentado”. “Este fin de semana se han registrado 43 víctimas mortales por accidentes de tráfico”. “La malaria infecta millones de personas al año”. “El número de mujeres que aborta sigue aumentando en algunos lugares del planeta”.

Nos acostumbramos a leer cifras y datos de las profundas desgracias que afligen a miles de seres humanos. Detrás de cada cifra, detrás del anonimato de los números, hay vidas concretas, se esconden historias de dolor y de amargura.

Detrás de un atentado

¿Qué hay en el corazón de un hombre que explota un camión cargado de dinamita en un mercado lleno de personas sencillas? ¿Cuál ha sido la causa para que un grupo terrorista secuestre y asesine a cientos de niños inocentes o a los enfermos de un hospital? ¿Por qué ese deseo de sangre y de muertes en trenes llenos de pasajeros que no son culpables de las enormes injusticias de nuestro mundo?

El Decálogo del buen conductor

Roberto regresó a casa fatigado y tenso. Después de una hora atascado en la calle, estaba de un humor insoportable. Además, había tenido problemas para salir de la oficina, porque delante de su coche había otro muy mal colocado. Tardó 10 minutos en encontrar al propietario, al que hizo ver con dureza su enorme irresponsabilidad. Después, ya sobre el asfalto, se había irritado cada vez que las motos le adelantaban por derecha e izquierda.

Diálogo y posesión de la verdad

Hace falta aprender a dialogar. Porque el diálogo permite construir puentes desde los que dos o más personas pueden avanzar hacia el verdad.

Pero hay algunas condiciones sin las cuales no se da un verdadero diálogo, sino sucedáneos débiles y pobres del mismo. Ahora queremos fijarnos en una: la pretensión de poseer la verdad (o una parte de la misma).

Dios y el Cesar

La religión, según algunos, debe quedar fuera del ámbito público. Porque, dicen, lo que se refiere a Dios no debe mezclarse con lo que se refiere a la vida social. Dios y el César necesitan vivir, cada uno, en su propia esfera, bien separados, bien tranquilos, como defiende una corriente del laicismo que tiene un vigor nada despreciable.

Discriminación e intolerancia

La palabra “discriminación” tiene muchos significados. Uno es claramente negativo: tratar de modo injusto a una persona porque se rechaza alguna de sus características, como el color de la piel, el sexo o la edad. Pero también puede tener otros significados “neutros”, como el de distinguir o tratar a las personas de un modo correcto, justo, respetuoso, pero con matices diferentes y legítimos.

Diálogo interreligioso, verdades y errores

Diálogo interreligioso, verdades y errores

¿Se puede hablar de verdadero o falso, de correcto o incorrecto, de acertado o equivocado, a la hora de iniciar un diálogo entre religiones?

Según una opinión más o menos difundida, la pretensión de poseer la verdad, de tener razón, de estar en lo cierto, podría llevar a actitudes de desprecio, de intolerancia. Es decir, llevaría a impedir el diálogo, a poner serias trabas en las relaciones humanas. Si uno piensa que tiene razón y que los demás están equivocados, ¿cómo puede ser posible el diálogo?

Dos historias

Esta es la historia de dos hombres que se encontraron sin quererlo. Uno acabó sus estudios, buscó trabajo, consiguió un poco de ahorros. Se casó, alquiló un apartamento. Logró un nuevo empleo, pero, después de ser despedido, con los ahorros pensó en abrir una pequeña tienda. Al final le dieron la posibilidad de gestionar un MacDonalds. En su pequeño negocio de “fast_food” trabajaban unas 15 personas, para algunos era su primer empleo. Las cosas iban sobre ruedas, hasta que...