Pasar al contenido principal

D

Dios sorpresivo en Corpus

Domingo 10 de junio, día del Corpus. Este día, como casi siempre, el Dios cristiano se nos muestra sorpresivo, desconcertante e inaprensible. Se oculta a las miradas curiosas de los hombres sabios y se manifiesta en la mente y el corazón de los sencillos.

El nos dijo en el Evangelio: “Buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá; pedid y recibiréis”. Y esta promesa se cumple, a diario, del modo más natural y sorpresivo. Naturalmente para hallarlo, se necesitan ojos de fe y corazón de niño.

“Deus caritas est”, qué es amar

Un mes después de haber sido firmada (el día de Navidad), sale a la luz la primera y esperada encíclica de Benedicto XVI, que va a lo esencial, como dice el Cardenal Martino en la presentación: el hecho cristiano no es una gran idea, sino un encuentro con la persona de Jesús, que da una dimensión nueva a la vida, una orientación decisiva. Y Jesús de Nazaret, con su mensaje, nos muestra el misterio de amor.

Dios se hizo hombre para salvar a los hombres

Por primera vez Dios entra a formar parte de la historia humana. Desde ese año en adelante, la historia se dividió en dos: antes y después de Cristo.

Desde el momento de la encarnación del Hijo de Dios, el mundo no ha sido igual. Llegó la Luz a vencer las tinieblas morales del hombre, llegó la Vida para imponerse a la “cultura de la muerte”, llegó el Camino para mostrar a los hombres, errantes en este “valle de lágrimas”, el rumbo al Cielo.

Dios Padre escogió la pureza para su Hijo

Dios Padre escogió la pureza para su Hijo

Esta pureza brilla no sólo en Cristo sino también en su Virgen Madre y en San José, el casto esposo de María. En el pantano de la impureza del mundo nacen unos lirios blancos y puros. El mundo de hoy busca los placeres con avaricia. Los persigue y después siente náuseas al hartarse del amargo placer de la concupiscencia de la carne. Belén nos recuerda que la pureza excluye la impureza y que el sendero de la felicidad pasa por la fidelidad al sexto mandamiento de Dios.

Dios Padre escogió la pobreza para su Hijo

Es desconcertante y avasallador, -casi supera nuestra capacidad de sorpresa-, contemplar a Dios hecho Niño, acompañado de María y de José, rodeado de unos animales y metido en una cueva excavada en la montaña, en una noche fría de invierno. El que hizo el universo, el que abrió los labios y fue obedeciendo en todo, el que dio a los demás la existencia, el que pudo escoger su forma de nacimiento, ahí está pobre, rodeado de pobreza, gozoso en la pobreza de sus padres.

Dios Padre escogió la pureza para su Hijo

Dios Padre escogió la pureza para su Hijo

Esta pureza brilla no sólo en Cristo sino también en su Virgen Madre y en San José, el casto esposo de María. En el pantano de la impureza del mundo nacen unos lirios blancos y puros. El mundo de hoy busca los placeres con avaricia. Los persigue y después siente náuseas al hartarse del amargo placer de la concupiscencia de la carne. Belén nos recuerda que la pureza excluye la impureza y que el sendero de la felicidad pasa por la fidelidad al sexto mandamiento de Dios.

Dios Padre escogió la pobreza para su Hijo

Es desconcertante y avasallador, -casi supera nuestra capacidad de sorpresa-, contemplar a Dios hecho Niño, acompañado de María y de José, rodeado de unos animales y metido en una cueva excavada en la montaña, en una noche fría de invierno. El que hizo el universo, el que abrió los labios y fue obedeciendo en todo, el que dio a los demás la existencia, el que pudo escoger su forma de nacimiento, ahí está pobre, rodeado de pobreza, gozoso en la pobreza de sus padres.