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Adoración eucarística por las vocaciones

Adoración eucarística por las vocaciones

 Tú ya sabías que los obreros escasearían y por ello nos pediste que rogáramos al Padre para que enviara obreros, que nos diera vocaciones sacerdotales para la Iglesia. ¡Qué gran misterio, misterio insondable el de una vocación sacerdotal! Un joven o una joven, un adolescente o un hombre maduro que siente irrumpir en su vida la presencia trascendente de Dios que se fija en él y que lo llama. Porque Tú llamas, Señor, no dejas de llamar. El problema es nuestro, puesto que no siempre estamos dispuestos a oír tu voz.

¡Abre la puerta a Cristo!

¡Abre la puerta a Cristo!

Muchas, muchísimas almas tienen hoy necesidad de que alguien les hable de Cristo.

Carta dirigida a los jóvenes de la Universidad Anáhuac del Poniente, con motivo de un Via Crucis juvenil. México, D.F., 27 de marzo de 1996.

¡Venga tu Reino!

México, 27 de marzo de 1996

A los participantes en el Via Crucis juvenil 1996

Universidad Anáhuac del Poniente

México, D.F.

Muy estimados en Cristo:

Anuncio de Su Pasión y Muerte

Anuncio de Su Pasión y Muerte

Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser muerto y resucitar a los tres días. Hablaba de esto abiertamente. Tomándole aparte, Pedro se puso a reprenderle. Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: ¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.

Mc 8,3 1-33

Debemos llevar nuestra cruz con sentido sobrenatural.

Aceptar a Jesucristo

El cristianismo es aceptar a Jesucristo y todo lo que Él nos enseña en el Evangelio, interpretado auténticamente por el Magisterio de la Iglesia.

Jesucristo contó la parábola de los viñadores infieles (Mt 21,33-46) a los sacerdotes judíos y a los fariseos, pues ellos estaban rechazándole a Él, el Hijo de Dios, enviado por el Padre (v.45).

Ante el pluralismo religioso

Al constatar la existencia de tantas religiones, al percibir cómo se dan creencias tan distintas entre los seres humanos, surgen diversas preguntas.

Una de ellas se refiere a la verdad. ¿Existen verdades alcanzables por los hombres y mujeres de nuestro planeta por lo que se refiere a la religión? ¿Es posible establecer cuál es la religión verdadera, o al menos cuál sea la “más” verdadera, o la “menos” falsa? ¿Pueden los poderes públicos tomar alguna posición concreta en estos temas?

Aborto y laicidad

La laicidad de un estado es sana cuando son aceptados y promovidos valores básicos sin los cuales no hay auténtica convivencia social. La defensa de la vida, la justicia y la igualdad ante la ley, la protección de los débiles, el apoyo a la familia, la tutela del derecho al trabajo, son temas no negociables: ningún estado puede dejar de lado la defensa de los derechos humanos fundamentales.