En su lucha por adquirir el hábito de la vida interior, tengan muy presente la docilidad y apertura a las inspiraciones del Espíritu Santo, "porque somos templos suyos" (cf. 1 Co 3,16), "porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo" (cf. Rm 5,5), "porque el Espíritu Santo os guiará por el camino de la verdad integral" (cf. Jn 16,13) y "porque nadie podrá decir 'Señor Jesús', sino en el Espíritu Santo" (cf. 1 Co 1,13). ¡Que el Espíritu Santo no sea el gran desconocido de sus vidas, sino más bien el huésped de sus almas con quien ustedes mantengan una sabrosa y continua comunicación!