Otra vez, Cuernavaca
Cuernavaca es una ciudad encantada.
Su clima me envuelve en una atmósfera
de paz y ternura y auténtica felicidad.
Sus jardines exuberantes deárboles y flores:
sus aguas cristalinas, su cielo y sus estrellas,
los llevo en el corazón.
Recuerdos vibrantes de calor y nostalgia
duermen en mi alma,
y despiertan alegremente cuando vuelvo a ella.
¡Qué felices los días en Cuernavaca!
Son medicina que me cura de malestares
enojos y cansancios.
Todas las penas acumuladas del año viejo aquí quedan.
Lleno mis pulmones de aire más puro;
mi alma de luces y anhelos nuevos;
y mi corazón lo lleno del Dios que hizo con sus manos
tantas cosas bellas.