En el colegio
Ayer arengué a las niñas de quinto y sexto;,
hoy, a las de cuarto.
Siempre la gracia
asume el protagonismo
y da sus agradables sorpresas.
A lo largo de tantos años,
después de entrar en sus oídos tantos mensajes,
se logra, en mayor o menor grado,
un giro vital hacia Dios
y hacia sus leyes de vida.
La gracia va quedando,
como un sedimento,
que a su tiempo actúa:
-“Lo oí en el colegio,
cuando era niña”.