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Abrazar la cruz con amor

Recuerda
que Cristo no logró nuestra redención sino con su muerte en la cruz.
Quienes queremos cooperar con Él, muy de cerca tenemos que pisar sus
huellas y abrazarnos a la cruz con amor, serenidad y constancia.
Cualquier otro camino será fruto de inútiles y vanos sentimentalismos.
Las victorias para el Reino se ganan con heroísmo entre los gemidos y
las protestas de nuestro orgullo, nuestra sensualidad y nuestras
ambiciones humanas. Es estupenda la paradoja de los que de verdad se
entregan a Cristo. ¡Sufriendo son felices! Los que gozan de la riqueza,
la lujuria y la soberbia, son las más de las veces seres profunda e
irreversiblemente infelices.