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Oraciones en la hora de la Misericordia

Oraciones en la hora de la Misericordia

(las tres de la tarde)

Oh Sangre y Agua que brotaste del Santísimo Corazón de Jesús como fuente de misericordia para nosotros - en vos confío. (187)    

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Oh Jesús, te entregaste por nosotros a tan asombrosa pasión únicamente por amor. La justicia de tu Padre habría sido expiada con un solo suspiro tuyo y todos tus anonadamientos son actos de tu misericordia y tu inconcebible amor (... ) Cuando estabas muriendo en la cruz, en aquel momento nos donaste la vida eterna, al haber permitido abrir tu sacratísimo costado nos abriste una inagotable fuente de tu misericordia; nos ofreciste lo más valioso que tenías, es decir, la sangre y el agua de tu Corazón. He aquí la omnipotencia de tu misericordia, de ella toda gracia fluye a nosotros. (1747)   

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Oh Jesús, Verdad eterna, Vida nuestra, te suplico y mendigo tu misericordia para los pobres pecadores. Dulcísimo Corazón de mi Señor, lleno de piedad y de misericordia insondable, te suplico por los pobres pecadores. Oh sacratísimo Corazón, fuente de misericordia de donde brotan rayos de gracias inconcebibles sobre toda la raza humana. Te suplico luz para los pobres pecadores. Oh Jesús, recuerda tu amarga pasión y no permitas que se pierdan las almas redimidas con tan preciosísima, santísima sangre tuya. Oh Jesús, cuando considero el alto precio de tu sangre, me regocijo en su inmensidad porque una sola gota habría bastado para salvar a todos los pecadores Oh, qué alegría arde en mi corazón cuando contemplo tu bondad inconcebible, oh Jesús mío. Deseo traer a todos los pecadores a tus pies para que glorifiquen tu misericordia por los siglos de los siglos. (72)   

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Oh Jesús extendido sobre la cruz, te ruego concédeme la gracia de cumplir fielmente con la santísima voluntad de tu Padre en todas las cosas, siempre y en todo lugar. Y cuando esta voluntad me parezca pesada y difícil de cumplir, es entonces que te ruego, Jesús, que de tus heridas fluyan sobre mí fuerza y fortaleza y que mis labios repitan constantemente: hágase tu voluntad, Señor. Oh Salvador del mundo, Amante de la salvación humana que entre terribles tormentos y dolor, te olvidaste de ti mismo para pensar únicamente en la salvación de las almas. Compasivísimo Jesús, concédeme la gracia de olvidarme de mí misma para que pueda vivir totalmente por las almas, ayudándote en la obra de salvación, según la santísima voluntad de tu Padre. (1265)   

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Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y se abrió el mar de misericordia para el mundo entero . Oh fuente de vida, insondable misericordia de Dios, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros. (1319)