Oración posterior a la Confesión
Padre Santo, uniendo mi penitencia a todas las que se han hecho hasta el día de hoy por la gloria de vuestro Nombre y a todas las obras satisfactorias de vuestro amado Hijo: a sus ayunos, a sus vigilias y oraciones... Os ofrezco esta confesión y esta satisfacción, suplicándoos, por los méritos de la Pasión de Jesús y por la intercesión de la Santísima Virgen y de los Santos, la aceptéis y me la hagáis provechosa. En cuanto a lo que ha podido faltar, sin culpa grave de mi parte, a la sinceridad de mi preparación, a la perfección de mi contrición, a la fidelidad y claridad de esta confesión como de las anteriores, confío todo al dulcísimo Corazón de Jesús, a fin de que todas mis negligencias en la recepción de este Sacramento, sean entera y perfectamente reparadoras por este Divino Corazón para vuestra eterna gloria.
Amén.