Invocación al Espíritu Santo
Ven, Espíritu del Padre y del Hijo.
Ven, Espíritu de amor.
Ven, Espíritu de infancia,
de paz, de confianza y de alegría.
Ven, secreta alegría
que brillas a través de las lágrimas del mundo.
Ven, Vida mucho más fuerte que nuestra muerte.
Ven, Padre de los pobres y abogado de los oprimidos.
Ven, Luz de eterna verdad
y amor extendido en nuestros corazones.
Nada tenemos que te pueda forzar;
pero aquí radica precisamente nuestra confianza.
Nuestro corazón, en el fondo, teme tu llegada.
Ven, renueva e incrementa
tu presencia en nuestro mundo interior.
En Ti ponemos toda nuestra confianza.
En Ti nos amamos, ya que Tú eres el mismísimo Amor.
Gracias a Ti podemos llamar Padre al mismo Dios,
ya que, desde cada uno de nosotros,
eres Tú quien grita: ¡Abba!
Permanece en nosotros.
No nos abandones nunca.
Ni a lo largo del combate de la vida,
ni cuando este toque a su fin
y nos hallemos tan solos.
¡Ven, Espíritu Santo!