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Aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad.

Aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad.

Tú me sondeas, Señor, y me conoces,
Has puesto sobre mí tu mano.
Tú formaste mis entrañas,
Tú me tejiste en el vientre de mi madre.
Tú conoces mi corazón y cada mañana
Tú me llamas por mi nombre.
Te doy gracias por tantos prodigios:
Soy una obra prodigiosa,
Todas tus obras son maravillosas.

Tu sabes bien que no soy más que oración delante de tu faz.

Padre, heme aquí, para hacer tu voluntad.
Que todas las acciones de este día sean contadas como oración.
Que tu Espíritu me conceda el don de la oración de Jesús.

Sondéame, OH Dios,
conoce el fondo de mi corazón,
Escrútame, conoce mi afán;
Preserva mi corazón del orgullo,
No me abandones a los deseos de la carne,
Mira que mi camino no se fatal,
Guíame por el camino de la vida.

Yo no soy más que oración delante de tu faz.

(Del Salmo 138)