Señor quítame tiempo
Señor quítame tiempo
Señor te he dirigido frecuentemente una oración
decididamente sin sentido:
te he pedido tiempo.
Mi jornada de veinticuatro horas, no me basta.
Necesito al menos seis horas más
para responder a todas las llamadas,
atender a los compromisos,
despachar el trabajo retrasado,
responder puntualmente a las cartas.