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Oraciones de Ofrecimiento

Oración al Inmaculado Corazón de Maria

Oración al Inmaculado Corazón de Maria

 

Oh Corazón de María, el más amable y compasivo de los corazones después del de Jesús, trono de las misericordias divinas en favor de los pobres pecadores; yo reconociéndome sumamente necesitado acudo a Vos en quien el Señor ha puesto todo el tesoro de sus bondades,
con plenísima seguridad de ser por Vos socorrido. Vos soy mi refugio, mi amparo, mi esperanza; por esto os digo y os diré en todos mis apuros y peligros:
¡OH DULCE CORAZÓN DE MARIA, SED LA SALVACIÓN MIA!

Plegaria de un adolescente

Plegaria de un adolescente

 

Cada día nos trae un nuevo comienzo.
Decisiones que debemos tomar.
Yo soy el único que escoge
el camino que seguiré.

Yo puedo elegir entre
el camino de la vida que lleva al gran éxito,
o viajar por el oscuro camino
que conduce a la gran angustia.

Por favor abre mis ojos, amado SEÑOR.
Que pueda ver claramente.

Ayúdame a definir lo que es correcto.
Saca lo mejor que hay en mi.

Ayúdame, Señor, a decir "No"
cuando la tentación venga a mi.

Oración de los Jóvenes

Oración de los Jóvenes
 

SEÑOR, AQUI ESTOY OTRA VEZ ANTE TI

PARA PEDIRTE QUE ME PERDONES

SI EN ALGO TE HE OFENDIDO,

OLVIDANDOME DE CUANTO ME QUIERES,

SIN PENSAR QUE SIEMPRE ME ESTAS VIENDO.

PERDON JESUS.

 

GRACIAS PORQUE SIEMPRE

ESTAS AQUI CONMIGO

PARA ESCUCHARME Y PERDONARME.

 

TE PIDO POR LOS JOVENES, QUE COMO YO,

A VECES NO SABEMOS VALORAR

CUANTO NOS DAS SIN MERECERLO.

TE PIDO SABIDURIA Y ENTENDIMIENTO

PARA PODER COMPRENDER

Virgen Santísima, ora por mi...

Virgen Santísima, ora por mi...
 

Señora Santa María,
Virgen Santísima,
mi abogada y refugio,
tu eres la más amable,
hermosa, amorosa y santa
de todas las creaturas...

Eres la predilecta de Dios
y la que más desea
verlo amado por todos sus hijos

Ora por mí, Madre Santísima,
Ora por mí, y obtenme la gracia
de amarlo siempre
con todo mi corazón.
Eso te pido y espero de tí.

Amén.

 

Virgen fuerte en el dolor

Virgen fuerte en el dolor

 

Santa María, Madre de Dios.
Tú has permanecido con firmeza de pie
junto a la Cruz para participar, con
todo tu maternal cariño, en los tormentos
y suplicios de tu Hijo.

Has querido probar en tu corazón todos
los dolores que atormentaban su cuerpo
y su alma, para que su sacrificio llegase
a ser también totalmente tuyo, por esto
tú serás siempre para nosotros el modelo
de firmeza en las pruebas, ofrecidas en
unión al sufrimiento redentor de tu Hijo
Jesucristo.