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Benedicto XVI

Prejuicios a la borda

Para algunos, el día de su elección, los defectos hallaron un modelo concreto en quién encarnarse. Dijeron que era un Cardenal conservador y que, como Papa, no se esperaría menos. Y ha sido cierto. Él, como todos los Papas, es custodio de la verdad, de la única verdad que jamás cambia: la fe. Verdad que, a través de los tiempos, ha permanecido radiante y luminosa, gracias al Primado petrino que la ha conservado, mantenido e impulsado. 

Benedicto XVI, ¿un Papa que fue nazi?

Para robarle la fama a una persona lo más
fácil es calumniarla. A Benedicto XVI le han buscado desprestigiar desde el
día que lo eligieron Pontífice. Las falacias sobre su persona se han ido
multiplicando conforme sus firmes palabras se han dejado sentir a favor de
la vida, la familia, la correcta sexualidad, el matrimonio, la
responsabilidad, la paternidad y la maternidad responsable, etc. 

En busca de respuestas

En busca de respuestas

Ignacio Sarre

No es fácil combinar la profundidad de pensamiento con la sencillez y la claridad como Benedicto XVI sabe hacerlo. Al publicar su segunda encíclica, Spe Salvi, una vez más ha demostrado ser un maestro en este arte.

Una encíclica no busca sólo informar, ni mucho menos pretende entretener o vagamente dejar un mensaje. Consciente de que su voz no es “una más” en el gran coro de la humanidad, el Papa nos está invitando, llamando, interpelando. ¿A qué? A reflexionar, a cuestionarnos, a buscar respuestas.

Primer saludo de Su Santidad Benedicto XVI

Queridos hermanos y hermanas:

Después del gran Papa, Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un sencillo, humilde, trabajador en la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el señor sabe trabajar y actuar con instrumentos insuficientes y sobre todo confío en vuestras oraciones. En la alegría del Señor resucitado, confiados en su ayuda permanente, sigamos adelante. El Señor nos ayudará. María, su santísima Madre, está de nuestra parte. Gracias.