Apostolado y compromiso
Hoy día la gente no quiere comprometerse casi con nada. La mejor manera de convencer a la gente de algo es estar uno mismo convencido de aquello.
Hoy día la gente no quiere comprometerse casi con nada. La mejor manera de convencer a la gente de algo es estar uno mismo convencido de aquello.
El amor es la vocación fundamental de todo ser humano. Todos deseamos amar y
ser amados sin equívocos. El don del cuerpo en la relación sexual es el símbolo de la donación total de la persona. Esto no se consigue con el adulterio pues esa pareja, al no ser verdaderos esposos, actúan con mentira como si lo fueran, falsean así uso de la sexualidad y se hieren a sí mismos en lo más profundo.
Publicaba la web en español de la BBC una nota sobre una rana peruana que, según las investigaciones de Jason Brown, de la Universidad de Carolina del Este, en Estados Unidos, vive de una forma “políticamente incorrecta”. ¿Por qué? Porque son monógamas. O en otras palabras, son fieles a sus parejas.
Pienso que el amor en el matrimonio es como una plantita que se debe de regar todos los días con la finalidad de mantener viva la ilusión de querer cada día más al cónyuge y a los hijos, con sus virtudes y defectos.
Para ello es importante vivir los detalles pequeños en la convivencia cotidiana que cristalicen o manifiesten ese verdadero amor.
Con la misma paciencia y atención que tiene un agricultor con su sembradío, que está muy al pendiente si ya hace falta fertilizante, agua o combatir una determinada plaga, y actúa de inmediato, si surge alguna dificultad.
El Papa Benedicto XVI ha hablado con toda naturalidad y claridad sobre el derecho que tiene los niños a tener una familia estable y que la sociedad parece en un acto de locura, soberbia e irresponsabilidad disfrazado de derechos se ha lanzado a combatir.
Sucede en la realidad y desgraciadamente con mucha frecuencia que esto se hace imposible por el egoísmo y la irresponsabilidad con la que muchas veces actuamos los hombres y las mujeres, pero esto no justifica que tratemos de cambiar la norma natural para justificar nuestras faltas.
Introducción
La "Carta de los Derechos de la Familia" responde a un voto formulado por el Sínodo de los Obispos reunidos en Roma en 1980, para estudiar el tema "La misión de la familia cristiana en el mundo contemporáneo" (cf. Proposición 42). Su Santidad el Papa Juan Pablo II, en la Exhortación Apostólica Familiaris consortio (n. 46), aprobó el voto del Sínodo e instó a la Santa Sede para que preparara una Carta de los Derechos de la Familia destinada a ser presentada a los organismos y autoridades interesadas.
La Santa Sede, así como la inmensa mayoría de las organizaciones internacionales en su defensa de la dignidad de la persona, condenan toda forma de discriminación hacia las personas homosexuales. Es decir, invitan a tomar conciencia sobre la dignidad de esas personas rechazando cualquier forma de violencia en contra de ellas.
En
la sociedad actual, la búsqueda de la independencia, se podría comparar
a lo que en lo que en la edad media fue para los alquimistas la
búsqueda de la piedra filosofal, o lo que para otros ha sido, la
búsqueda de la fuente de la eterna juventud. Ese deseo de sentirse
independientes se manifiesta de mil maneras.
Como fruto de un artículo que escribí recientemente, junto con felicitaciones me han expresado dudas sobre la necesidad del celibato sacerdotal. Quiero ayudar a aclarar esas dudas, precisamente desde la perspectiva del matrimonio.