Educar junto con la escuela
El miedo a educar
El miedo a educar
-Deja de ver la televisión, o deja el nintendo y haz tus deberes.
Voz que cae en el desierto y orden que no es obedecida
Uno de los signos de preocupante degradación de algunos valores, es la ambigüedad acerca de la relación de autoridad entre padres e hijos. Antes, los padres de familia educaban, con mayor o menor acierto, pero educaban.
Educadores en el siglo XXI
Hoy
día se encuentran escuelas y universidades con planes de estudios más
elaborados, ha surgido una verdadera competencia entre los planteles
educativos para ofrecer una educación con grados de calidad muy altos.
No se puede negar que la preparación que reciben los niños y
jóvenes es más completa, pero esto también ha traído por consecuencia
que muchos padres de familia dejen en manos de los centros educativos
la responsabilidad total en la educación y formación de sus hijos,
Tips para mejorar el rendimiento escolar de tus hijos
Todos deseamos que nuestros hijos lleguen a ser personas maduras, capaces de tomar decisiones y afrontar sus consecuencias. Y para ello, la formación escolar de nuestros hijos es un ingrediente fundamental.
Hay que motivarle, observar sus dificultades, reflexionar sobre el ambiente familiar y sobre todo, hacerle responsable de sus actos. Por eso el papel de la familia es determinante en el desarrollo de la personalidad de cada hijo y en el éxito académico.
La gran mentira
La gran mentira de nuestro tiempo es que los condones y la “educación sexual” son la respuesta al problema del embarazo adolescente y el modo de evitar las enfermedades de transmisión sexual. Por el contrario, la “educación sexual” que se pretende impartir es parte del problema, y no parte de la solución.
¿Existe el “derecho” al placer?
Los libros de Educación Sexual ¿Existe el “derecho” al placer?
Se habla mucho de los “derechos del niño y del adolescente,” y se le dice a la adolescente que tiene derecho al placer. ¿Qué pasa cuando el ser humano se deja llevar nada más por lo placentero? Hay una ruptura total de su continuidad; no hay una personalidad fija. No se puede uno fiar de quien sólo busca el placer como único valor pues esa persona será voluble, dependerá de las circunstancias.