El espinoso tema de los abusos de menores por parte de sacerdotes es, además, particularmente insidioso, pues cuando uno intenta poner algo de contexto, tiene la molesta sensación de que se pueda interpretar como si se justificara en algo esa conducta criminal. Aún así, me parece que vale la pena ofrecer datos que ayuden a entender el problema en su dimensión real. La histeria mediática que estamos atravesando necesita, en efecto, de algunas dosis de contexto y perspectiva. Por fortuna, tampoco están faltando aquí y allá esos ingredientes para quien los quiera tomar.
Es conocido que, según los expertos, no hay ningún dato que sugiera que los abusos de menores son más frecuentes entre el clero católico que entre la población en general. Lo explica Newsweek en este análisis, en el que afirma además que la única institución que ha ofrecido datos sobre si misma en esta materia es la Iglesia católica (informe del John Jay College of Criminal Justice).
Buena parte del problema está en que la prensa parece que solo se interesa de este preocupante delito cuando hay un cura por medio... Se llega así a establecer una relación entre ambos que distorsiona profundamente la realidad. Según el artículo de Newsweek, y es solo un ejemplo, las compañías de seguros de Estados Unidos no cobran más a las instituciones católicas a la hora de firmar seguros que cubran el aspecto económico de este tipo de comportamientos. Señal clara de que no se trata de una categoría diversa, valga la expresión.
Para tener un poco de perspectiva, me parece particularmente interesante el cuadro del problema que ofrece Massimo Introvigne en Avvenire (español), con la descripción de lo que los sociólogos llaman “pánico moral”, la presentación de problemas sociales
existentes desde hace decenios como si fueran nuevos, con datos exagerados que se repiten sistemáticamente. En la misma línea se
expresa uno de los máximos expertos en la materia, Philiph Jenkins, autor de “Pedophiles and Priests. Anatomy of a Contemporary Crisis” (Oxford University Press, 2001), en el francés Le Monde (español). También son sugerentes las observaciones que Joaquín Navarro-Valls hace en un artículo publicado en el italiano La Repubblica (español).