Los programas de control de la natalidad han tenido, desde sus orígenes, una base eugenésica muy fuerte. La fundadora de la multinacional del aborto Planned Parenthood, Margaret Sanger es un buen ejemplo.
Como buena socialista y feminista amaba la humanidad en abstracto, pero odiaba a las personas. Perseguía la sociedad perfecta, sobraban los «individuos defectuosos». Lógicamente, ella estaba incluida en esa sociedad.
En 1917, Sanger fundó la revista The Birth Control Review que tenía como subtítulo «Control de la natalidad: crear una raza de purasangres». Para ella, el problema más acuciante era «cómo limitar y disuadir el exceso de fertilidad de los mental y psicológicamente tarados». La Planned Parenthood mantiene vivo su legado.
En 1939, ya con Gamble —uno de los herederos de Procter & Gamble—, lanza el Proyecto «Negro»: les preocupaba que «esa masa de negros, particularmente en el Sur, continuase reproduciéndose desastrosamente sin freno alguno, con el resultado de que este crecimiento entre los negros viene de la fracción menos inteligente y apta, aún mayor que entre los blancos».
El plan era contratar a tres o cuatro pastores negros, con buena experiencia en trabajo social y con facilidades de comunicación, para que recorrieran el sur predicando el control de la natalidad. La motivación racista quedaría así oculta tras una motivación religiosa.
A pesar de mala prensa de la eugenesia explícita, después de «lo explícito» que se mostró Hitler, el programa continuó con los afroamericanos, que en USA siguen constituyendo el grupo con mayor incidencia de abortos provocados.
Al calor de la lucha a favor de los derechos civiles de los negros en USA, nacieron varias asociaciones que denunciaron los hechos y emprendieron la lucha. Hoy están agrupadas en la National Black Prolife Union —Unión Nacional Provida Negra—.
Entre las asociaciones nuevas destaca ThatsAbortion.com, que tiene como una de sus dirigentes más destacadas a Alveda King (sobrina de Martin Luther): combina acciones formativas, un cierto activismo y unos modos de llamar la atención espectaculares.
Hace un mes empapelaron un edificio en Nueva York con el lema «El lugar más peligroso para un negro es el seno materno», una descripción exacta de la realidad, ya que suponiendo sólo el 13% de la población USA abarcan el 36% de todos los abortos realizados.
El anuncio duró horas, hubo de ser retirado por miedo a las amenazas de los grupos abortistas.
Recientemente comenzó la instalación de 30 vallas publicitarias en los barrios de mayoría negra de Chicago con el lema: «cada 21 minutos nuestro posible líder es abortado».
Esperemos que esta vez los abortistas no amenacen. Como dice el reverendo Michel Faulkner: «en lugar de cuestionar el diseño del anuncio, deberíamos preguntarnos por qué el mensaje es cierto y cómo podemos cambiar el hecho de que la principal causa de muerte para los afroamericanos sea el aborto».
Lógicamente es un anuncio, su objetivo es llamar la atención, como así está consiguiendo; no es un argumento. En este caso tiene la chispa de que serán desplegados en la zona en la que supuestamente hizo algo útil Obama antes de ser presidente.