María Victoria Camino
Sin pretensión de ser exhaustiva, me he propuesto hacer un artículo sobre el New Age, que se extiende por América y Europa. Constituye el mayor enemigo del cristianismo desde que la masonería, de la que se deriva, apareciera en la historia con la fundación de la Gran Logia de Inglaterra en 1717.
El Vaticano ha condenado la masonería en no pocas ocasiones, y son más de 200 los documentos vaticanos sobre el tema. La primera condena fue de Clemente XII (1738, Constitución Apostólica In Eminenti). Después, Benedicto XIV, Pío VII… y, sobre todo, León XIII con su encíclica Humanus Genus, condenó toda secta que profese principios masónicos. Más cercano a nosotros, Juan Pablo II afirmó que "la pertenencia a la masonería es un pecado grave".
Para ser más precisos: el New Age proviene de la teosofía, que, como dijo el CELAM, "comenzó con los masones y en medio de ellos". La fundadora de la Sociedad Teosófica, Helena Blavatsky, fue médium espiritista, y la fundó en Nueva York (1875) con otros masones. El New Age está conectado, pues, a la masonería y a la teosofía o naturalismo (el naturalismo fue condenado por la Iglesia). No creen en la Revelación de Dios, en La Biblia, para ellos, sólo existe como medio de conocimiento la razón (ya sabemos los monstruos que construye la razón cuando el hombre se aparta de Dios. Hitler, un teósofo, es un ejemplo de ello). Los masones aspiran a formar un gobierno mundial, un único sistema económico internacional y una sola cultura a nivel global. Su meta principal es la destrucción de las religiones, comenzando por la religión católica.
Tratan de sustituir las religiones por una espiritualidad aparentemente religiosa. También buscan el control de la natalidad de los pobres, sin reparar en medios y usando eufemismos para que parezca bien lo que está mal (esterilizaciones masivas, abortos, ataques al matrimonio y a la familia, etcétera).
Con apariencias de bien, con capa de espiritualidad y con un lenguaje que recuerda en ocasiones el del Evangelio, el New Age, derivado de la masonería, se insinúa incluso entre católicos.
Máximo Introvigne, uno de los más importantes expertos en Europa sobre nuevos movimientos religiosos, habla de las cuatro etapas (tácticas) con que el New Age logra sus objetivos: primera etapa: Cristo sí, Iglesia no; segunda: Cristo no, Dios sí; tercera: Dios no, religión sí; cuarta: religión no, sacralidad sí (en esta etapa, ya propiamente de New Age, se promueven las doctrinas y prácticas del ocultismo como si de algo sagrado se tratara).
Son diversos los nombres de las sociedades y prácticas que participan de la corriente New Age o Era de Acuario. Entre ellos, el espiritismo, que también llaman "canalización" y hasta espiritualismo, y practican la comunicación con ángeles caídos y almas condenadas. No con ángeles buenos ni con almas santas, que no están disponibles para esas prácticas: la adivinación (tarot, etcétera), la Gran Fraternidad Universal, los Órdenes de los Rosacruces, la Iglesia Universal y Triunfante, la meditación trascendental, la diabética, el control mental silva, que tiene semejanza con algunas técnicas esotéricas, pero lo presenta todo como algo muy natural. Contiene elementos de espiritismo y sutilmente lleva al panteísmo; se difunde entre católicos, pero es incompatible con el cristianismo.
Las terapias Reiki (la terapia de los chakras) se especializan en el lavado de cerebro e instalan doctrinas anticristianas: terapias energéticas que funcionan a través de pura sugestión como sofrología, astrología, yoga, tai chi, etcétera. Un aspecto positivo es el afán de trascendencia, de búsqueda de lo espiritual, pero lo hacen por caminos equivocados.
La brujería, la hechicería, el fetichismo, la santería…, presentes en Hispanoamérica, se han revitalizado con el New Age o Nueva Era.
La ideología del New Age: el antropocentrismo, que concibe al hombre como el centro del mundo, desplazando a Dios; el relativismo moral, que niega la existencia del bien y del mal, que dicen, dependen de la opinión.
¿Cuáles son sus símbolos de penetración? El arco iris (con seis colores), como símbolo de culto a la naturaleza y puente entre el hombre y el "gran espíritu universal", o sea, con Lucifer; el número 666, la pirámide, la Y invertida dentro de un círculo, la cruz gamada, la S dividiendo un círculo y que simboliza la conciliación de contrarios: el bien y el mal, por ejemplo, algo imposible.
¿Con qué fachada se presentan? Primero: aparentemente aceptan todas las religiones, pero en realidad no aceptan ninguna fuera de las paganas y creen en la reencarnación (incompatible con la fe cristiana, que cree en la resurrección). Segundo: búsqueda de la salud mediante la llamada "energía universal" (conozco el caso de una señora que, conducida a las prácticas esotéricas, conseguía la salud, pero se le presentaban nuevas enfermedades, hasta que la liberó un sacerdote exorcista). Tercero: búsqueda del ecologismo (aunque en sí mismo es bueno, lo utilizan como disfraz para teorías y prácticas de New Age). Cuarto: usan un lenguaje cristiano y confunde así a los fieles. Quinto: revisten de científico lo que no es sino ocultismo (la parasicología, por ejemplo). Sexto: se invoca a "maestros ascendidos", a los que también llaman "ángeles" o "extraterrestres" y que no son tales.
El plan del New Age fue dictado por el espíritu diabólico mediante escritura automática. La inglesa Alice Bailey (1880-1949), la tercera presidenta de la Sociedad Teosófica y médium espiritista, fue considerada "suma sacerdotisa" y fundó en los Estados Unidos, en donde vivió, el "Trust de Lucifer” (Lucius Trust).
Los principios y metas de la Sociedad Teosófica, lo mismo que los del New Age, coinciden con los de la masonería, ya citados. Buscan implantar una religión única, que no es sino una forma particular de espiritualidad, sin principios morales y promoviendo, como sagradas, creencias y prácticas del ocultismo.
El New Age se asienta sobre cuatro pilares: la masonería, el espiritismo, la teosofía o gnosticismo y el paganismo oriental.
La masonería se ha metido en todas partes: en gobiernos, en poderosos grupos económicos, en medios de comunicación… Como dice un filósofo, "en occidente existen actualmente movimientos espirituales que en algunos casos recuperan elementos de tradiciones pre-cristianas y culturas indígenas, mezclando la filosofía occidental con la oriental", por lo que "se habla de una nueva espiritualidad o espiritualidad alternativa". En el New Age utilizan los términos "energía cósmica" y hasta llegan a creer que Dios es esa energía y que nos fundimos con ella como un todo. Es, pues, panteísmo, incompatible con el cristianismo.
Esta "nueva espiritualidad o no cree en Dios, o no cree en un Dios personal. Es un panteísmo que conduce al hombre a la misma tentación que puso la serpiente en el paraíso: "seréis como dioses". Sí, es la soberbia de quien cree poder prescindir de Dios porque les hacen creer que en el hombre existe un "poder mental" natural extraordinario (lo que sí tenemos es el poder de la voluntad libre que Dios nos ha regalado). Algunos llegan a creer que son otros dioses, omnipotentes o casi, y aspiran al dominio de los demás. Una conocida mía, influida por el New Age siendo estudiante en Estados Unidos, creyó poder prescindir de Dios para resolver sus problemas, y a punto estuvo de volverse loca.
La verdad, no somos dioses, sino hijos de Dios por adopción, gracias a la redención de Cristo, el Hijo de Dios, el verdadero y único Salvador. Dios es un ser personal distinto a nosotros, nuestro Padre y Creador; somos criaturas, semejantes a Él en cuanto nos ha dotado de inteligencia y de voluntad, de capacidad de amar; pero no tenemos poderes superiores. No existe esa "energía cósmica" con la que podamos fundirnos en un todo: es un engaño.
De buena fe yo acudí a uno de esos cursos del New Age, e incluso recibí un título a pesar de que no me dejaron asistir a una de las sesiones (quizá porque hacía muchas preguntas: la experiencia no correspondía en todo con la teoría). Sí, las cosas no son como nos decían en el silencio de la sala seguido de largas meditaciones en penumbra. Después de un tiempo, me di cuenta y pedí al Señor que me librara de la influencia masónica-esotérica a la que estuve expuesta. Como quien no quiere la cosa, van socavando la fe cristiana.
Evoco unas palabras proféticas de San Pedro apóstol, que me gusta decir a mis hijos: "Habrá falsos maestros que introducirán herejías perniciosas, negando al Señor que os salvó… Muchos los seguirán… Llevados de la avaricia harán de vosotros mercadería con palabras engañosas…" (2 Pedro, 2-1). Como dijo Monseñor Donald W. Montrose: "El movimiento de la Nueva Era (…) parece ser para la paz, pero (…) es el reino de la falsa luz y de las tinieblas".
El demonólogo del Vaticano, Moseñor Balducci, apoyó la afirmación de que "la fuerza que se esconde tras la Nueva Era es aquella (…) en que la humanidad tendrá como su dios a Lucifer…".
En resumen, el "New Age" o "Nueva Edad", llamada también "Nueva Era", "Era de Acuario" o "Edad de Oro", es un movimiento de tipo esotérico, ocultista, un nuevo paganismo, que incluye teorías erróneas y herejías condenadas por la Iglesia. También le llaman "Configuración de Acuario" o "Conspiración Acuaria". Busca llevar al hombre a creerse un dios, con un poder "cuasi" divino. Su finalidad es la destrucción de la fe para destruir a la Iglesia Católica y cualquier confesión cristiana.
Con frecuencia utilizan centros católicos con pretexto de "técnicas de relajación" para preparar a los jóvenes a la oración, aunque luego la sustituyen. El New Age es una corriente masónica, ocultista, esotérica, y penetra incluso en ambientes religiosos.
En 1997, en España, el Obispado de Burgos prohibió que se dieran cursos de cualquier secta, incluidos los cursos de control mental silva, en centros católicos de su diócesis. Expresó en una nota que "recurren al camaleonismo táctico que oculta su propia identidad para asimilarse a la religión mayoritaria en cada lugar, el catolicismo en España". Dijo que así "las sectas encuentran inicialmente menos resistencia. Una vez ganado el corazón de alguien, sus 'razones' obnubilarán las de la 'razón' y será más fácil convertirlo en adepto".
¿Podrá la masonería y el New Age que de ella procede, liquidar a la Iglesia? Imposible, ésta tiene la fuerza del Espíritu Santo y está custodiada por el mismo Jesucristo: "Las puertas del infierno no podrán contra Ella".
¿Remedios para la masonería en cualquiera de sus múltiples manifestaciones? Como dijo el Papa León XIII, el remedio está, sobre todo, en el conocimiento y la práctica "de la religión divina, tanto más odiada de los masones cuanto más temida por ellos". Es necesario formarse. Sobre todo, es necesario rezar. Jesús dijo que hay demonios que no se expulsan sino con oración y ayuno.