El 13 de agosto de 1521 festividad de San Hipólito se cumplieron 488 años de la toma de Tenochtitlán realizada por los conquistadores españoles, existen infinidad de mitos sobre la participación de la Iglesia católica durante la conquista de México y los primeros años de la Colonia, la mayoría acusándola de cómplice del saqueo, de apoyar el “genocidio” de los indígenas y desaparecer sus dialectos al verlos como supuestos enemigos de la fe y de imponer la creencia en Cristo mediante la fuerza y las armas.
Lo cierto es que sin la religión Católica, México no sería México, ya que la mayor defensa realizada a favor de los indios para evitar un mayor derramamiento de sangre la realizó la Iglesia; hay que recordar la labor efectuada por el dominico Fray Bartolomé de las Casas y la orden de los Jesuitas.
Mientras que en las colonias inglesas predominantemente protestantes los indios eran eliminados, en las colonias españolas la Iglesia Católica cuidaba la conservación y el buen trato hacia los indígenas apoyando la compenetración de culturas que dio como resultado el nacimiento de la nacionalidad mexicana por medio del mestizaje.
Previo a la conquista de México, los aztecas realizaban ceremonias religiosas verdaderamente salvajes en las cuales se practicaban sacrificios masivos, canibalismo e idolatría, esto en honor del dios Huitzilopochtli; la Iglesia al conocer este tipo de rituales decidió dar a conocer a Cristo mediante la cristianización de los pueblos indígenas, brindando así educación y una nueva cultura a los conquistados.
La educación de los indígenas fue uno de los mayores fines que buscaba la Iglesia en nuestra nación y de ello se encargó la Compañía de Jesús abriendo una gran cantidad de escuelas y aprendiendo a su vez los dialectos de los aborígenes, años después el primer Obispo de México Fray Juan de Zumárraga trajo al “Nuevo Mundo” la imprenta.
Son muchos los beneficios otorgados por la Iglesia fundada por Cristo al naciente pueblo mexicano, es momento de reconocer en la historia de nuestra nación la ardua labor que el catolicismo ejerció para brindar un gran futuro a México, es tiempo de alejar de la educación actual la falsa idea de que la Iglesia únicamente se ha encargado de atrasar la llegada del progreso. Bien lo decía Alfonso Trueba en su libro “Huichilobos”: “¡Glorioso el día en que apareció la Cruz y puso en fuga la legión satánica! Entonces el indio mexicano, este indio apacible y manso, fue rescatado de las garras del malo y pudo al fin tener un día de paz”.