INTRODUCCIÓN
En casi tres siglos dominados por diversas formas de racionalismo filosófico, la exaltación de las ciencias empíricas y la difusión de la mentalidad positivista han logrado relegar la fe y la teología al campo del sentimiento o, en el mejor de los casos, de la opinión personal. Lo real, lo objetivo y científico sería lo que se produce en laboratorio o lo que se puede medir con gráficas y estadísticas. La religión termina siendo cuestión de preferencia subjetiva sin ningún lazo esencial con la verdad. Estando así las cosas, todas las religiones y todos los caminos espirituales resultan iguales...es decir, igualmente irracionales e irrelevantes.
Como reacción contra todo lo anterior, a lo largo de los últimos treinta años, el mundo entero se ha sacudido por una búsqueda de experiencia espiritual sin precedente. Tanto los pueblos que sufrieron largos años de socialismo materialista como las naciones libres, cautivas de un bienestar egoísta, han visto resurgir la eterna tendencia del alma humana hacia la trascendencia. Pero por la confusión doctrinal y moral de nuestra época y el desencanto cada vez mayor con las formas religiosas tradicionales, el fruto más inmediato del nuevo despertar religioso ha sido la proliferación de las sectas, la fuga de los cultos naturalistas y mágicos, la popularidad de la espiritualidad oriental y el refugio en la religiosidad individual y personalista.
CREENCIAS DEL NEW AGE
No es una secta, ni una religión. No es una organización única, ni sigue lineamientos unánimes y universales. No es ni ciencia ni filosofía, aunque se encubre de argumentos pseudocientíficos y discursos confusos que combinan ideas filosóficas y teológicas con cierta originalidad, pudiera decirse que es una corriente filosófica, sincretista, panteísta.
Aveces se habla del New Age como un movimiento para señalar su naturaleza de red o network de muchos individuos y grupos que coinciden en una cierta visión del mundo y una aspiración común de cambiarlo. Lo que les une no es una estructura organizativa ni un código de doctrinas bien definidas, sino una misma mentalidad y una comunicación muy fluida. En este sentido podemos hablar de ciertas creencias básicas compartidas en mayor o menor medida por los integrantes del New Age. Así llegaremos a describir un fenómeno tan vasto y escurridizo que no permite una definición sintética.
Tiene el New Age diversas características que lo distinguen como:
EL ECOLOGISMO
La Ecología se ha colocado a la cabeza de la opinión pública y como causa perdida de las altas esferas políticas, científicas y económicas. Nos enfrentamos a un grave problema de abusos que amenazan la vida del planeta, donde es necesario despertar la conciencia de las naciones ricas y pobres como un bien necesario y urgente. La conservación y el respeto a nuestro biosistema son responsabilidad de todos.
Sin embargo el New Age ha desarrollado su propia visión de la relación entre el hombre y el planeta a la que a veces se refiere como la Ecología Profunda. Se niega la diferencia de fondo entre la existencia humana y la no-humana. Se habla de una igualdad biocéntrica por la cual una montaña, una flor o una tortuga tendrían el mismo derecho a la realización propia que un hombre. Se considera que el cosmos está animado por un espíritu único o guiado por una conciencia universal de la que el hombre es meramente otro participante más. Se fomenta el culto religioso a la naturaleza o a la Madre-Tierra como si fuera una realidad divina. Se llega a tachar al hombre como intruso y como una maldición para el cosmos y, en el seno del movimiento radical, se presiona para lograr de los gobiernos una legislación que disminuya la población humana y limite el desarrollo tecnológico para sanar al planeta.
EL PANTEISMO
Del ecologismo exagerado nace una especie de espiritualidad planetaria que quiere "animar" a toda la realidad cósmica o dotar a la creación de una fuerza mágica. Se pierde la noción de un Dios personal, realmente distinto y superior al mundo creado, en favor de una fuerza divina impersonal que es todo y está en todo. Este regreso al panteísmo naturalista, que resultó definitivamente superado por el evento de la Revelación cristiana, encuentra apoyo en muchos nuevos movimientos religiosos, de origen oriental y en un regreso a las religiones paganas. Por eso, el New Age frecuentemente pinta un cuadro romántico y poco realista de los cultos precristianos y del misticismo oriental como si fueran estos "más naturales" para el hombre o "más en consonancia con el espíritu cósmico".
EL GNOSTICISMO
En el campo religioso se manifiesta como el gnosticismo y fue una de las primeras amenazas a la pureza de la fe cristiana. Surgido pocos años después de la muerte de Cristo por el encuentro del cristianismo con el ambiente de la filosofía helenista, el gnosticismo decía ver en la Sagrada Escritura un mensaje escondido que sólo ciertas mentes iluminadas podrían descifrar. Los gnósticos en general apelan a una sabiduría superior que sería la "verdadera religión" y punto de convergencia de todos los caminos espirituales y místicos.
La derivación del gnosticismo, presente en todas las grandes tradiciones religiosas, ha sobrevivido y se ha diversificado encontrando en el New Age un campo de acción privilegiado. La Sociedad Teosófica fundada por Helena Blavatsky a finales del siglo pasado y sus derivaciones u organizaciones afines (la Antroposofía, la Gran Fraternidad Universal, las Ordenes de los Rosacruces, La Iglesia Universal Triunfante, la corriente de la Metafísica representada en México por autores como Connie Méndez, la Actividad Religiosa "Soy Yo"
la Nueva Acrópolis y muchos más) son los precursores ideológicos del New Age y actualmente son sus dedicados promotores. Los símbolos, las ceremonias y los grados iniciáticos de la masonería y de las organizaciones paramasónicas también revelan una estrecha asociación de fondo con la gnosis.
Si el gnosticismo quiere abrir la puerta a un intelecto superior, el esoterismo y el ocultismo prometen el pasaje a un "actuar sobrehumano"
Estas dos corrientes, hermanas del gnosticismo, pretenden por caminos diversos potenciar la voluntad humana echando mano a supuestas fuerzas cósmicas secretas. A través de mil técnicas antiguas y nuevas se abriría contacto con los ángeles, con guías espirituales desencarnados, con supuestas "vidas anteriores", según el mito de la reencarnación, etc. No son pocas las personas y las organizaciones que ofrecen servicios de adivinación y de horóscopos, de hipnosis, de magia, de channelling ( mediums), de proyección astral y de otras actividades igualmente absurdas, provocando un daño duradero a sus clientes que son, las más de las veces, personas vulnerables y desorientadas. En resumidas cuentas, el New Age comercializa lo irracional y lo nocivo para el alma humana y lo vende garantizando la transformación del consumidor.