Hoy es Miércoles de ceniza, el inicio de la Cuaresma, que es el tiempo especial en que la Iglesia se prepara durante cuarenta días a los acontecimientos que tendrán lugar en Jerusalén.
En este tiempo se invita particularmente a los cristianos a cambiar definitivamente nuestra vida, a abrirnos al Señor: "Ahora es el tiempo favorable; ahora es el día de la salvación" leemos el primer domingo de cuaresma (2 Cor 6,2), los cuarenta días vienen anunciados por los tres domingos anteriores, pero no empiezan hasta el miércoles siguiente: el miércoles de ceniza.
Antes de la misa se traza con ceniza una cruz en la frente de los fieles, al tiempo que se dicen estas palabras:
"Acuérdate, hombre, que eres polvo y al polvo volverás".
Es la única vez que la liturgia no llama a los fieles "hermanos" o por sus propios nombres, sino "hombre".
Entonces, ¿porqué nos llama "hombre"? Son las palabras de castigo en el paraíso, y nos hacen sentir profundamente nuestra miseria. La necesidad que tenemos de rectificar nuestra vida y enderezar nuestros caminos, también la necesidad del amor y del perdón de Dios. La cruz de ceniza es signo de una profunda verdad. No la tomemos a la ligera. Abre seis semanas de sinceridad para con nosotros mismos, tiempo que no ha de ser de olvido, sino de recogimiento y reflexión: ¡Es el momento del hombre!
Pero la cuaresma es también el tiempo de reparar nuestras quiebras, tiempo de conversión, de penitencia, de defender nuestra libertad interior contra todo lo que pudiera apartarnos de nuestra misión de servicio y amor, y esto es lo más importante. Sí, nuestra debilidad nos inclina hacia el pecado, pero el amor de Dios nos engrandece cuando reconocemos que necesitamos de él y lo buscamos con corazón sincero y espíritu de conversión, es decir con Humildad.
Humildad tiene como origen la raíz latina "humus" = tierra (polvo), de esta misma raíz proviene"humano". El humilde es el que pisa tierra, el que sabe dónde está pisando, el que es sincero consigo mismo y con los demás porque sabe con autenticidad dónde tiene puestos los pies (Ni se cree más de lo que es, ni se minusvalora en su ser).
" Humildad es andar en la verdad " nos enseña S. Teresa de Jesús.
Pisar la tierra con dignidad y saber en dónde se esta parado (que implica saber quien soy y qué quiero) es un proceso que cuesta muchísimo. Es justamente la cuaresma un tiempo para hacer buenos ejercicios de "humildad". Este es un tiempo muy oportuno para ello.
Esforcémonos para que hoy al realizar el el signo externo de la ceniza, vivamos humildemente el reconocimiento de nuestra debilidad y del gran amor de Dios