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Cuaresma: Encuentro con Cristo

1) Para saber

Ha sido costumbre los últimos 25 años que el Papa dirija a los jóvenes un mensaje al iniciar la Semana Santa, el Domingo de Ramos. En esta ocasión ha tomado las palabras que un joven, pudiendo ser cualquiera de nosotros, le dirige a Jesucristo: "Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?" (Mc 10,17).

El evangelista señala que Jesús interrumpe su camino para atenderlo, mostrando así el interés que tiene por nuestras expectativas, nuestras esperanzas, y muestra qué grande es su deseo de encontrarnos personalmente y de abrir un diálogo con cada uno de nosotros. Cada uno ha de tener su propia plática con Cristo: un coloquio que es fundamental y esencial para todos.

Este amor de Jesús por cada uno se ha manifestado en la Cruz de una manera plena y total. Esa conciencia de que Cristo ama a cada uno y siempre, se convierte en un punto firme de apoyo para toda nuestra existencia humana, y nos permite superar todas las pruebas: el descubrimiento de nuestros pecados, el sufrimiento, el desánimo.

2) Para pensar

En este Año Sacerdotal, el Papa nos invita a conocer la vida de los santos, en particular la de los santos sacerdotes. Así podemos ver que Dios les guió y que encontraron su camino día a día, precisamente en la fe, en la esperanza y en el amor. Aunque no han faltado penosos casos de falta de correspondencia de algunos, podemos asegurar que ha habido muchos miles de ejemplos, algunos ignorados, que han sabido responder fielmente al Señor, incluso a veces a costa de su vida.

Por ejemplo, el santo Cura de Ars a quien se ha propuesto como Patrono de los sacerdotes, nos da una muestra de entrega y sacrificio. De él escribía Juan Pablo II: “San Juan María Vianney sorprende en especial porque en él se manifiesta el poder de la gracia que actúa en la pobreza de medios humanos. Me impresionaba profundamente, en particular, su heroico servicio de confesionario. Este humilde sacerdote que confesaba más de diez horas al día comiendo poco y dedicando al descanso apenas unas horas, había logrado, en un difícil periodo histórico, provocar una especie de revolución espiritual en Francia y fuera de ella. Millares de personas pasaban por Ars y se arrodillaban en su confesionario” (“Don y Misterio”).

3) Para vivir

Ante la pregunta del joven, el relato evangélico dice cómo “Jesús, fijando en él su mirada, le amó” (cfr Mc 10,21). En la mirada del Señor está el corazón de este especialísimo encuentro y de toda la experiencia cristiana. De hecho el cristianismo no es en primer lugar una moral, sino experiencia de Jesucristo, que nos ama personalmente, jóvenes o viejos, pobres o ricos; incluso nos ama también cuando le damos la espalda. Por ello el papa Juan Pablo II nos invitaba: “¡Os auguro que experimentéis una mirada así! ¡Os auguro que experimentéis la verdad de que él, el Cristo, os mira con amor!" (Carta a los jóvenes, n. 7).

Preparémonos para la Semana Santa teniendo este encuentro con Cristo que nos llama cada uno a comprometernos con Él y a asumir las propias responsabilidades para construir la civilización del amor. Sólo si seguimos su Palabra, nuestro camino se iluminará y nos conducirá a metas altas, que dan alegría y sentido pleno a la vida.