Pasar al contenido principal

¿Cuáles son los títulos de Jesús en los Evangelios?

INTRODUCCIÓN.

De la lectura de los Evangelios surgen dos problemas particularmente interesantes.

Primero; ¿Qué conciencia tenía Jesús de su propia personalidad? ¿Es posible remontarse de los testimonios pospascuales de los escritos neotestamentarios al tiempo prepascual y, sin más, a la conciencia que Jesús tenía de si?

Segundo; ¿Qué pensaban de Jesús sus contemporáneos? ¿Cómo se desarrolló la fe en Cristo en los Apóstoles y en la comunidad cristiana de los orígenes? ¿Qué títulos se atribuyó el mismo Jesús y cuáles le confirieron sólo después los Apóstoles y la primitiva comunidad cristiana?

La atención de la exégesis moderna la han acaparado varios títulos que en el Evangelio se confieren a Jesús. Al mismo tiempo, se ha notado que, con el correr del tiempo, algunos títulos de Jesús se afirmaban más, mientras otros, que habían sido usados antes de la Pascua, pasaban cada vez más a segunda línea. Estos títulos provienen casi todos de la mentalidad y del lenguaje veterotestamentario. Muchos problemas graves han surgido respecto al desarrollo, a las dificultades y en fin, al florecimiento de la fe de los Apóstoles en Cristo. Mas él que ha aprendido a conocer y a estimar este difícil camino que conduce a Cristo, no se desanima frente a las dificultades propias y se hace cargo de que la fe esté siempre sometida a tentaciones y, además, existen caminos muy diferentes para ir a Cristo e infinitos matices en el modo de entender.

1.- ¿JESÚS O CRISTO?

Ahora los fieles están acostumbrados a la denominación "Jesucristo", mas ya al decir "Jesús para el Cristo" se suscita una cierta sorpresa. El nombre propio "Jesús" deriva de la palabra hebrea "Jehoschuah" (abreviado: Joschuah o Jeschuah = Yavé es salvador, Yavé salva, y se encuentra diversas veces en el antiguo Testamento (Gen. 46, 17; Números 13, 16; 1 Crón. 7.30; 24, 11; 2 Crón. 31, 15; Esd. 2, 2; Neh 3. 19. 4; 12, 8 24, etc.), y también en el Nuevo (Lc. 3, 29; Col. 4, 11). El primogénito de María recibió el nombre de Jesús por inspiración divina: "Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús" (Lc. 1, 31). Este Jesús es designado como "Jesús de Nazaret" para distinguirle de los otros que llevan el mismo nombre. Más en los Evangelios se encuentra también la denominación "Jesucristo" o "Cristo Jesús". La palabra griega Christós no es sino la traducción del término hebreo "Maschiach" (el Ungido).

Wilhem Auer ha examinado en un estudio exhaustivo (Bibel und Liturgie, 14 (1959), 3 - 12) la cuestión relativa a la frecuencia con que el nombre de "Jesús y, respectivamente, el título de "Cristo" son empleados en el Nuevo Testamento. Su estadística debe ser completada y aún corregida con los datos más recientes que ha publicado Franz Mussner en su articulo "Jesuspradikate", en el Lexicón fur-Theologie und Kirche (Friburgo de Brisgovia 1960.

En los Evangelios y en las Epístolas se encuentra, pues, una evolución que procede en sentido inverso. El nombre de Jesús, que tiene la prevalencia en los Evangelios, pasa a segundo plano en las epístolas, mientras que el nombre de Cristo o Jesucristo, más bien raro en los Evangelios, se emplea muy frecuentemente en las Epístolas.

Si se piensa que muchas Epístolas se escribieron antes que los Evangelios o contemporáneamente, caeremos en la cuenta de que en la predicación que siguió a Pentecostés, y sobre todo, en la Liturgia cristiana de los orígenes, se prefería el nombre de "Cristo", que constituía el centro de la primitiva plegaria cristiana. Este compendiaba en sí la nueva fe y constituía la confesión de esa fe, tanto que los miembros de la nueva comunidad fueron llamados cristianos.

Del primer cuadro resulta que el título de "Cristo" es usado con frecuencia creciente en los evangelios de Marcos, Mateo, Lucas y Juan; como esta sucesión corresponde al orden cronológico de los mismos Evangelios, se puede, concluir que el nombre de Cristo ha sido empleado cada vez más a medida que avanza la era cristiana. También la segunda tabla demuestra que el nombre de Jesús ha sido gradualmente suplantado por el nombre de Cristo.

2. CUADRO DE LOS TÍTULOS DE JESÚS.-

La exégesis notestamentaria moderna se ha aplicado con particular amor al estudio de los títulos de Jesús y ha elaborado la siguiente estadística:

Desde el punto de vista de la historia de las formas, los títulos de Jesús pertenecen a las más dispares tradiciones y concepciones de los orígenes del cristianismo. En ellas se encuentran los caminos seguidos en los primeros siglos por la fe de Cristo. Los títulos de Jesús ofrecen también una perspectiva de las ideas, que antes de la Pascua se formaban de Jesús sus seguidores, y al mismo tiempo, del ahondamiento de la fe operado por el Espíritu después de Pascua.

En su libro Pie Christologie des Neuen Testaments, Osear Cullmann, ha estudiado la cuestión de cómo se ha ido formando la cristología en los Apóstoles y en los primeros cristianos. Junto a la obra terrena de Jesús y la experiencia pascual de los Apóstoles, este autor descubre la fuente principal de la cristología noe testamentaria en la "experiencia litúrgica de Jesús como el Señor presente en la Asamblea de fieles que le invoca (maranatha) y le confiesa (Kyrios Christos). Partiendo de este principio, el enlace con la historia de la salvación puede prolongarse y desarrollarse bajo todos los aspectos".

Osear Cullmann presenta dieciséis títulos de Jesús, que subdivide en cuatro grupos:

Acción terrena de Jesús Profeta

  • Siervo de Yavé (ebed Jahvé)
  • Cordero de Dios
  • Sumo Sacerdote
  • Mediador

Acción escatológica de Jesús Mesías

  • Hijo de David
  • Rey
  • Hijo del Hombre
  • Juez

Acción actual de Jesús Señor (Kyrios)

  • Salvador (Soter)
  • Acción preexistente de Jesús Logos
  • Hijo de Dios
  • Santo de Dios
  • Dios

3.- ¿CUANDO SE RECONOCIÓ A DIOS EN EL ROSTRO DE JESÚS?

Se cree a veces que Jesús afirmó su divinidad, que dio pruebas de ella y que unos creyeron en ella mientras otros la rechazaban.

Las cosas no son tan sencillas en realidad.

Hacia finales del siglo primero, el evangelio de Juan presenta a Jesús como Dios desde el comienzo del mundo. Hacia los años 65-80 los evangelios de Marcos, Mateo, Lucas y Hechos de los Apóstoles emplean expresiones variadas para calificar a Jesús: el es el "Hijo de Dios", "Hijo del Hombre". En las primeras cartas de Pablo, hacia los años 50-60, Jesús es invocado como "Señor" y tratado como Dios en el culto que se le rinde.

¿Qué significan esas expresiones en aquella época? Cuidado con darles desde el principio el sentido que han tomado más tarde, en particular en los concilios del siglo IV que proclamaron a Jesús "Dios y hombre".

¿Realmente qué se puede entrever de lo que pensaban los discípulos 'Guando Jesús vivía? Conviene tener en cuenta que una determinada expresión, escrita en el 65 ó 70 había ya tomado un sentido mucho más intenso que el que tenía el año 29 en la boca de un apóstol, de un fariseo o del sumo sacerdote: en ese tiempo intermedio la expresión había sido enriquecida por las primeras comunidades cristianas que creían en Jesús resucitado y glorificado.

4. SE LE LLAMA "SEÑOR".

La expresión "Señor" (en griego Kyrios) que se encuentra en los Hechos de los apóstoles y en las Cartas de San Pablo, tiene un sentido muy fuerte. La traducción griega de la Biblia empleaba este término para traducir el nombre hebreo de Dios. En el mundo pagano, este título se daba a muchos dioses y a soberanos divinizados.

En arameo la palabra "Mar" significaba "Señor". Aparece este término en una fórmula litúrgica citada por Pablo (I Cor. 16-22), hacia el año 57. Por tanto, en esta época se dirigían en el culto a Jesús dándole el nombre reservado a Dios: "Señor". Se encuentra también este término en los primeros discursos de los Hechos de los Apóstoles: "Dios le ha hecho Señor y Cristo" Hch. 2,36).

Si nos preguntásemos si para Pablo Jesús era Dios, proyectaríamos sobre él nuestras cuestiones y cometeríamos un anacronismo. Pablo tenía caminos de pensamiento distintos de los nuestros. Miraba hacia Cristo resucitado y glorioso y lo llamaba "Señor". Este titulo equivalía para él a lo que nosotros ponemos hoy bajo la palabra "Dios". Esta divinidad de Jesús ha sido vivida en el culto aún antes de ser reflejada en una doctrina.

5.- HIJO DEL HOMBRE.

La expresión "Hijo del Hombre" que se encuentra frecuentemente en labios de Jesús tiene un sentido más fuerte. En principio significa "hombre" sencillamente. Pero en el libro de Daniel (7, 13 y ss.) y en el de Henoc, que tenían una influencia grande en el tiempo de Jesús, era un verdadero nombre propio: designaba un personaje único que venía de Dios y tenía rasgos humanos. Muy pronto, la expresión no será ya utilizada (fuera de los evangelios no hay más que un sólo empleo en Hch.7, 56); sin duda estaba demasiado ligada al mundo judío y resultaba extraña al espíritu griego. Es un jalón importante para reconocer en Jesús a un ser de origen celeste y terrestre a la vez.

6.- HIJO DE DIOS.

La expresión "Hijo de Dios" significa hoy: el Hijo único de Dios que es Dios, él mismo. Cuando los evangelistas escribían, hacia el año 70, no era tan preciso su significado, hace pensar en el verso 7 del salmo 2: "Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy" que había sido escrito para un nuevo rey de Israel. El "Hijo de Dios" era un personaje que había recibido una misión de Dios. En el evangelio la expresión es sinónimo de Mesías.

Se ve claramente en el momento de comparecer Jesús ante el Sumo Sacerdote. En el relato de Mateo el Sumo Sacerdote pregunta a Jesús: "Te conjuro por Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios" (Mt. 26, 63), y en el de Lucas se lee: "Si eres tú el Mesías, dínoslo... ¿Entonces tú eres el Hijo de Dios?" (Lc. 22, 67-70). En el mundo judío, en el tiempo de Jesús y antes, "hijo de Dios" podía designar también los ángeles, un profeta, un rey y aún el pueblo de Israel. Esto dicen los escrituritas modernos. El lector corriente se pregunta por qué entonces fue tan fuerte la reacción de los reunidos, que hablaron de blasfemia y se rasgaron las vestiduras.

Pero la tendencia actual es a minimizar cuanto pueda significar una confesión de divinidad.

Según esta teoría fue necesario el paso del tiempo para presentir, saber y decir quién era Jesús. El mundo judío jamás había considerado que Dios pudiera llegar a ser hombre. Los textos que hablaban del Mesías no lo divinizaban. Se recordaban las palabras de la Alianza: "No tendrás otro Dios que yo... no harás imágenes talladas". La idea de un hombre-dios era extraña a Israel.

7.- PERO EL ERA MAS DE LO QUE SE PODÍA DECIR.

Los discípulos vivieron y presintieron antes de percibir y expresar los evangelios muestra la extrañeza y la admiración de las multitudes. "Quién es, pues, este hombre". Habla con autoridad. Dice: "Se os ha dicho...y yo os digo...". Perdona los pecados e inaugura el mundo nuevo esperado de Dios.

No se sabe quién es. Muchos quieren ver en él solamente "el hijo del carpintero", "el Nazareno". Otros se preguntan si no es Elías, Juan Bautista o alguno de los profetas: se ahonda en las concepciones de la época para tratar de identificarle. Sus apóstoles piensan que él es el Mesías, el que viene a instaurar el Reino de Dios. Más tarde, después de Pascua, se le llama era el Elegido de Dios, su Servidor, el Santo, etc. Pero Jesús por sus palabras y por sus hechos no ha dejado de desbordar las misiones que se le querían atribuir. Ha llegado a ser el "servidor sufriente" después de haber abierto caminos infinitos de libertad y de amor, de parte de Dios.