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Church Forum

El “día del Señor” y el precepto dominical

Dios ha hecho a los hombres con el fin de conducirlos a la salvación. Pero el hombre no es sólo cabeza, sino también corazón. Por eso Dios ha hablado al entendimiento y también al corazón del hombre, todo para obtener la conversión.

¿Cuál es el centro del domingo —o mejor— de “tu” domingo? un paseo, el cine, el trabajo, la comida familiar... A veces el centro no es Dios porque no sabemos lo que implica cumplir el precepto dominical, porque el domingo debería de ser el “Día del Señor”.

Ser como niños

Nos narra Mateo (18,3) cómo dijo Jesús a sus discípulos, mostrándoles un niño: «Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos».

Caray, eso no parece fácil… ¿hacernos como niños, para entrar en el Reino de los Cielos? Bien, lo intentaremos, pero algo tenemos que saber: ¿y qué es ser como niño? ¿Cómo son los niños, a diferencia de los adultos, los mayores? ¿Qué ha cambiado en ellos al dejar de ser niños?

El “Angelus”

La 4ª aparición de la Virgen en Fátima no fue posible el 13 de agosto de 1917, porque en este día el alcalde tenía prisioneros a los 3 niños para  tratar de hacerlos decir que ellos no habían visto a la Virgen, aunque no lo logró. La aparición sucedió unos días después. La Virgen les dijo en esta aparición: "Recen, recen mucho y hagan sacrificios por los pecadores. Tienen que recordar que muchas almas se condenan porque no hay quién rece y haga  sacrificios por ellas".

Oración a Santa Rosa de Lima

Oración a Santa Rosa de Lima

 

Gloriosa Santa Rosa de Lima, tú que supiste
lo que es amar a Jesús con un corazón tan fino
y generoso. Que despreciaste las vanidades
del mundo para abrazarte a su cruz desde
tu más tierna infancia. Que amaste con filial
devoción a nuestra Madre del Cielo y profesaste
una gran ternura y dedicación a los más
desvalidos, sirviéndoles como el mismo Jesús.

Oración a San Miguel

Oración a San Miguel

Arcángel San Miguel, defiéndenos en la lucha, sé nuestro amparo contra la maldad y las asechanzas del demonio. Pedimos suplicantes que Dios lo mantenga bajo su imperio; y tú, Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con el poder divino, a Satanás y a los otros espíritus malvados, que andan por el mundo tratando de perder a las almas. Amén.