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San Juan María Vianney

El cura de Ars: sus diálogos con Dios y con el diablo

  A media noche, desde el fondo del patio de la casa de San Juan María Vianney, el famoso cura de Ars, en las vísperas de las grandes peregrinaciones, cuando miles de fieles se ponían en camino y preparaban para ir a esa parroquia a confesarse y ver al santo, con frecuencia, a lo largo de muchas horas, e incluso hasta la madrugada, se escuchaban estruendosos ruidos como de objetos de hojalata.

Luego, una voz grave y garrasposa, le gritaba a través de su ventana:

– ¡Vianney, Vianney, despierta, dormilón!
 
Y continuaba:

Pregonero de la bondad divina

Casi al concluir la película “Quisiera ser millonario” (Slumdog millionaire), el hermano del protagonista expira diciendo una hermosa frase: “Dios es bueno”. Si bien queda grabada esa idea dramáticamente al final, se sugiere a lo largo de toda la película como telón de fondo: en medio de la miseria humana la bondad de Dios encuentra un camino para manifestarse. Esta idea, tan bellamente expresada cinematográficamente, fue vivida en plenitud por San Juan María Vianney.

Te amo, oh mi Dios

Te amo, Oh mi Dios.

Mi único deseo es amarte

Hasta el último suspiro de mi vida.

Te amo, Oh infinitamente amoroso Dios,

Y prefiero morir amándote que vivir un instante sin Ti.

Te amo, oh mi Dios, y mi único temor es ir al infierno

Porque ahí nunca tendría la dulce consolación de tu amor,

Oh mi Dios,

si mi lengua no puede decir

cada instante que te amo,

por lo menos quiero

que mi corazón lo repita cada vez que respiro.

Valorar el papel y la misión del sacerdote en la Iglesia y el mundo, objetivo del Año Sacerdotal

Será durante la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús y la Jornada Mundial de Oración para la santificación de los sacerdotes, el 19 de junio, que Benedicto XVI inaugure el Año Sacerdotal que conmemora el 150 aniversario de la muerte de san Juan María Bautista Vianney, el Santo Cura de Ars.

Ser sacerdote hoy sigue siendo un don extraordinario

Mis queridos hermanos en el sacerdocio:
Paz en Cristo Sumo y Eterno Sacerdote.
Estamos al final del año Paulino, acontecimiento que estoy seguro cada uno lo ha vivido con diferente intensidad, sin duda ha sido un año de gracia para la Iglesia y para cada uno en particular. Pablo, el Apóstol que se encontró con Jesús en el camino de Damasco, nos enseña a ponerle a Él como centro de toda nuestra vida y poder decir: “para mí la vida es Cristo” y como él mismo lo afirma “todo lo demás” pasa a segundo lugar.

Año Sacerdotal, año de Gracia

El Papa Benedicto XVI ha proclamado un “Año Sacerdotal” con ocasión del 150 aniversario de la muerte de san Juan María Vianney, que va del 19 de junio de 2009 al 19 de junio de 2010, y ha concedido el don de la Indulgencia Plenaria con la que se obtiene el perdón de todos los pecados y la remisión de todas las culpas para uno mismo y para los difuntos.

Reproduzco enseguida el Decreto de la Penitenciaría Apostólica en el que se explica cómo ganar la Indulgencia durante este Año de Gracia.