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la verdad

Formar la conciencia en la verdad - El cuento de la ranita cocinada

1)  Para saber

Decía un gran filósofo griego, Aristóteles, que nacemos sin conocimientos, los cuales hay que ir adquiriéndolos poco a poco, pero cuidando en adquirir solo aquellos verdaderos, pues en todo lo que se nos presenta puede haber errores. El error es como la enfermedad del conocimiento. En el ámbito moral también hay que aprender la verdad sobre el bien, para poder obrar de modo recto y justo.

La Verdad desnuda

 

He recibido por INTERNET una historieta que me ha gustado, y la voy a arreglar a mi modo.

Un día se encontraron paseando por la playa la VERDAD y la PARÁBOLA.

La VERDAD iba desnuda, y la PARÁBOLA vestida a la moda.

La VERDAD le dice a la PARÁBOLA:

-      Vengo dando un paseo y la gente se aparta de mí.

La PARÁBOLA le dice:

-      Pues a mí todo el mundo me saluda amigablemente. Quizás sea porque vas desnuda. Ponte mi vestido.

La VERDAD se puso el vestido de la PARÁBOLA y todo el mundo la saludaba amigablemente.

Humildad, Sinceridad y Verdad

Si me preguntáis qué es lo más esencial en la religión y en la disciplina de Jesucristo —escribió San Agustín—, os responderé: lo primero es la humildad, lo segundo, la humildad, y lo tercero, la humildad (Epístola 118, 22). Y esto es así porque la humildad es la morada de la caridad (De sancta virginitate 51). Entonces, para ser mejores instrumentos en las manos de Dios, hemos de fomentar la humildad.

Sólo en la verdad se da el verdadero desarrollo. No dar de comer tierra.

1) Para saber

Hay un anhelo común en los hombres tanto de una manera personal, como sería en el matrimonio, como entre los grupos o naciones: es la obtención del entendimiento y la paz.

Cuando se llega a estar de acuerdo en algo, se produce entonces cierta comunión entre las partes. Ese entendimiento es pleno cuando se consigue llegar a la verdad. Si cada parte tiene una opinión distinta, se podría mantener cierta convivencia, pero no habría una profunda unidad y comunión entre ellas.

Arreglar el mundo…

Es ya famosa la historia de un padre, científico que vivía preocupado con los problemas del mundo estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas. Cierto día su hijo de 7 años invadió su santuario para ayudarlo. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo para distraerle. Tomó una revista en donde había un mapa con el mundo.