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pecados

Hemos iniciado la Cuaresma

Con el rito de la ceniza hemos iniciado la Cuaresma. Ahora bien, recibir la ceniza no es un gesto mágico que nos proteja automáticamente del mal y nos traiga las bendiciones divinas. Es sólo un signo -eso sí muy vivo y profundo-, de lo que queremos vivir a lo largo de este tiempo litúrgico: Volver a Dios, pues Él es nuestro origen y nuestra meta. Efectivamente, de Dios venimos y a Dios estamos llamados a volver; hemos sido creados a su imagen y semejanza. La Cuaresma nos hace recapacitar que no hemos vivido del todo a imagen y semejanza de Dios, pues hemos pecado.

Pecados y pecados

Pecados y pecados

Fuente: catholic.net (con permiso del autor)Es fácil encontrar a personas que no saben exactamente qué es el pecado, cuáles son los tipos de pecados que existen, y cómo distinguir si una cosa que han hecho es o no es pecado. Son personas que quizá han ido a varios cursos de catequesis, han estudiado religión, han nacido tal vez en una familia cristiana. Pero sobre este tema, por motivos diversos, las ideas están más bien confusas, y no distinguen bien entre los actos que nos alejan de Dios y de la Iglesia (eso es el pecado) y los que no.

Pecado y misericordia

No es fácil reconocer que hemos “pecado”, que hemos ofendido a Dios, al prójimo, a nosotros mismos.

No es fácil especialmente en el mundo moderno, dominado por la ciencia, el racionalismo, las corrientes psicológicas, las “espiritualidades” tipo New Age. Un mundo en el que queda muy poco espacio para Dios, y casi nada para el pecado.

Pecado

Un niño coge entre sus manos un diamante. Sus papás sonríen. Tras la lluvia de reflejos del cristal se esconde un regalo precioso, fruto de muchos años de trabajo. El niño se acerca a unas brasas, deposita el precioso objeto, y... en pocos instantes se pierden, en los aires de la casa, unos cuantos miles de dólares...

El pecado es antiecológico

 

En el libro “El señor de las moscas”, William Golding narra las típicas aventuras de un grupo de náufragos en una isla, sobrevivientes de un accidente aéreo y su lucha por la supervivencia; pero con la peculiaridad de que todos ellos eran niños británicos entre los 6 y los 12 años. 

El pecado de los demonios

Al hablar del pecado de los demonios es imprescindible trascribir las páginas de una monja concepcionista del siglo XVII, la Venerable Sor María de Jesús de Agreda (1602-1665+), quien afirmó haber recibido revelaciones sobre este punto. La obra donde se habla de estas revelaciones fue titulada La Mística Ciudad de Dios. No deja de ser sorprendente meditar estos párrafos escritos por una humilde monja que jamás cursó estudios de teología.