pecados
Hemos iniciado la Cuaresma
Con el rito de la ceniza hemos iniciado la Cuaresma. Ahora bien, recibir la ceniza no es un gesto mágico que nos proteja automáticamente del mal y nos traiga las bendiciones divinas. Es sólo un signo -eso sí muy vivo y profundo-, de lo que queremos vivir a lo largo de este tiempo litúrgico: Volver a Dios, pues Él es nuestro origen y nuestra meta. Efectivamente, de Dios venimos y a Dios estamos llamados a volver; hemos sido creados a su imagen y semejanza. La Cuaresma nos hace recapacitar que no hemos vivido del todo a imagen y semejanza de Dios, pues hemos pecado.
Pecadores Públicos y Excomulgados
No hay duda de que el Código Canónico, la Doctrina y el Magisterio han diferenciado entre quién, por razón del aborto, incurre en causa de excomunión y quién se encuentra en pecado mortal, y en consecuencia entre quién queda fuera de la iglesia y quién por su actitud se priva de poder recibir la Comunión.
El pecado, ¿puede hacernos felices
La naturaleza humana es preciosa, Dios se admiró de ella y dijo “que era buena”
Pecados y pecados
Pecados y pecados
Fuente: catholic.net (con permiso del autor)Es fácil encontrar a personas que no saben exactamente qué es el pecado, cuáles son los tipos de pecados que existen, y cómo distinguir si una cosa que han hecho es o no es pecado. Son personas que quizá han ido a varios cursos de catequesis, han estudiado religión, han nacido tal vez en una familia cristiana. Pero sobre este tema, por motivos diversos, las ideas están más bien confusas, y no distinguen bien entre los actos que nos alejan de Dios y de la Iglesia (eso es el pecado) y los que no.
¿Pecados “pequeños”?
¿Pecados “pequeños”?
Un conferencista que participaba en un congreso dedicado al tema del pecado original quiso explicar la diferencia entre “pecados grandes” y “pecados pequeños”.
Pecado y misericordia
No es fácil reconocer que hemos “pecado”, que hemos ofendido a Dios, al prójimo, a nosotros mismos.
No es fácil especialmente en el mundo moderno, dominado por la ciencia, el racionalismo, las corrientes psicológicas, las “espiritualidades” tipo New Age. Un mundo en el que queda muy poco espacio para Dios, y casi nada para el pecado.
Pecado
Un niño coge entre sus manos un diamante. Sus papás sonríen. Tras la lluvia de reflejos del cristal se esconde un regalo precioso, fruto de muchos años de trabajo. El niño se acerca a unas brasas, deposita el precioso objeto, y... en pocos instantes se pierden, en los aires de la casa, unos cuantos miles de dólares...
El pecado es antiecológico
En el libro “El señor de las moscas”, William Golding narra las típicas aventuras de un grupo de náufragos en una isla, sobrevivientes de un accidente aéreo y su lucha por la supervivencia; pero con la peculiaridad de que todos ellos eran niños británicos entre los 6 y los 12 años.
El pecado de los demonios
Al hablar del pecado de los demonios es imprescindible trascribir las páginas de una monja concepcionista del siglo XVII, la Venerable Sor María de Jesús de Agreda (1602-1665+), quien afirmó haber recibido revelaciones sobre este punto. La obra donde se habla de estas revelaciones fue titulada La Mística Ciudad de Dios. No deja de ser sorprendente meditar estos párrafos escritos por una humilde monja que jamás cursó estudios de teología.