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Pascua
Al acercarse la Pascua, es importante el conocer como se fija esta fecha. Si te has fijado, cada año ésta cambia. Eso se debe a que está fijada sobre la base del calendario lunar, que era la manera como los judíos (y en general todos los pueblos agrícolas en el pasado) regían su tiempo. Los judíos celebraban la Pascua, es decir la salida de Egipto, el día 14 del primer mes (Num 28,16) llamado de Nisán (también llamado de Abib Dt 16,1), el cual es la primer luna llena después del equinoccio de primavera (el equinoccio de primavera ocurre el 2I de marzo).
El misterio del dolor y el sufrimiento
Uno de los misterios que siempre han inquietado al hombre y
con el que frecuentemente tiene que convivir es el del sufrimiento
y el dolor. Se pregunta o nos preguntamos sobre su sentido y
la causa de ésta experiencia que nos desgasta y puede
llegar incluso a quietarnos la paz y la felicidad. Por ello en
nuestras próximas catequesis, queremos hacer un comentario
Eucaristía
La celebración Eucarística no ha sido siempre como la tenemos y la vivimos ahora. Como todo, dentro del cuerpo vivo de la Iglesia ha sufrido una serie de transformaciones las cuales, si bien conservando su esencia, han ido integrando a ella la cultura, costumbres, lenguaje, etc... A la base de ella encontramos el mandato de Jesús de celebrar el Memorial de su Pasión mediante una cena. Todos los evangelistas, menos san Juan, narran con claridad la institución de la Eucaristía (Mt 26,26-28; Mc 14,22-25; Lc 22,19-20).
Fin de semana
En su Carta apostólica, el Papa nos hacer ver cómo la cultura ha evolucionado en todo el mundo y para muchos, el domingo se ha transformado simplemente en lo se ha llamado "el Fin de Semana", el cual, si bien es parte del descanso y la fiesta propia del hombre, si ésta pierde de vista el sentido originario, es decir "la santificación de día del Señor", puede quedar reducido simplemente al "Fin de semana" entendió como días de descanso y diversión.
Día del Señor
Con la resurrección de Cristo, vértice de toda la obra de salvación de Dios, el "dies Domini" se convierte en el "dies Christi" y con ello la celebración eucarística se convierte en el centro de la vida cristiana como lo muestra unánimemente el testimonio los escritos del Nuevo Testamento. Es a la luz del evento pascual de Cristo como es posible entender el significado y profundidad de la celebración cristiana el "Primer día de la semana".
Celebración de Dios
El precepto contenido en los libros de la Escritura referidos al día de descanso (Sábado/Domingo), no busca tanto la interrupción del trabajo, sino la celebración de las maravillas de Dios. Es la ocasión para recordar, que Dios es el Señor del tiempo y del espacio, que la obra creadora en su totalidad le pertenece y que en su alianza de amor, nos ha llamado a ser cooperadores en ella.
Asistencia a la misa
No es difícil encontrarnos con hermanos cristianos que dicen: "Yo si creo en Dios, pero no voy a misa". Desafortunadamente esto ha ido cundiendo en nuestras comunidades, haciendo que se desvalore la celebración comunitaria en la Eucaristía dominical.
Tipos de iglesias
En la imagen que nos presenta San Juan al final de su evangelio, confirma lo que los Sinópticos (Mt, Mc y Lc) ya habían dicho sobre el primado de Pedro: Jesús ha querido dejar una cabeza visible en su Iglesia en la figura de Pedro. Sin embargo, éste no debe olvidar que el rebaño pertenece al Señor, pero que a él se le constituye como el pastor. Deberá tener cuidado de las ovejas, es decir de los obispos, de aquellos que nacerán por medio del bautismo, es decir, los corderos, los fieles cristianos.
Tiempo mesiánico
Es un tiempo de salvación, es la oportunidad que Dios nos da para ser salvados; es el tiempo esperado para que las tinieblas del pecado, que obstruyen nuestra visión y que no nos dejan ver la realidad como es verdaderamente, sean disipadas por la Luz del "Señor que viene". Esta era la esperanza de Israel y es, o debe ser, una realidad para cada uno de nosotros. El Adviento nos recuerda que el tiempo mesiánico ya es una realidad, pues el nacimiento de Cristo lo ha inaugurado.
Santidad
Todos estamos llamados a vivir la santidad, que no es otra cosa que dejarse conducir por el Espíritu, para de esa manera cumplir la voluntad de Dios viviendo de acuerdo al Evangelio. Para que el camino no solo se nos haga más sencillo sino para comprobar que esto es posible, Dios nos ha dado o dejado a lo largo de la historia modelos. El mejor y más perfecto es María Santísima, que encierra en sí misma el culmen de la perfección a la que un hombre puede llegar en esta tierra.