Siena y Asís: dos santos contestatarios
Sería en la Pascua de 1996. Caminaba perdido entre las medievales calles de Siena. Los muros altos de las casas, enmohecidos por el tiempo y la historia, hacían difícil moverse entre la gente. No podía ver más allá de unos cuantos pasos. De pronto una bocanada de luz apareció a lo lejos y guiado por unas ansias de sol llegué hasta una plaza, la "piazza dei fiori". ¡Por fin podía respirar y ver el azul del cielo primaveral!