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juicio

El juicio de Dios

De repente el ruido de las llantas al frenar, y un fuerte golpe, gracias a Dios, sin que se produjeran lesiones personales, todo quedó en daños materiales, al fin y al cabo: “hierros”, y todo por la imprudencia de aquel joven que no respetó la señal.

Adán y el juicio final

Juan tuvo un sueño profundo y muy vivo. Se encontraba en un valle inmenso. Desde todas las direcciones posibles, llegaban millones de personas: hombres y mujeres, adultos y niños, jóvenes y ancianos, trabajadores y desocupados, ricos y pobres, santos declarados, santos anónimos, pecadores convertidos y pecadores desalmados.

El juicio de Dios

De repente el ruido de las llantas al frenar, y un fuerte golpe, gracias a Dios, sin que se produjeran lesiones personales, todo quedó en daños materiales, al fin y al cabo: “hierros”, y todo por la imprudencia de aquel joven que no respetó la señal.

La bolsa y el juicio universal

No es fácil dar un juicio sobre la bondad o la maldad de las decisiones de los hombres que gobiernan nuestro mundo. La mayoría de las veces nos faltan la información y el tiempo necesario para poder apreciar si esta subida de precios, si este nuevo impuesto, si este sistema de pensiones, servirán para hacer más justa la sociedad, o si son un error grave que pagaremos un poco todos los ciudadanos.

¿Cómo Enjuiciamos los Católicos a Nuestra Iglesia?

 ¿Cómo Enjuiciamos los Católicos a Nuestra Iglesia?

Los seres humanos somos críticos y, consecuentemente, formamos un juicio determinado sobre aquello que conocemos, así es como evaluamos. Un juicio recto y ponderado es indispensable para la mejora de la sociedad y no cualquier opinión es beneficiosa. Por eso, los juicios legales buscan la imparcialidad tanto del juez como del jurado, siendo esto imprescindible para encontrar la verdad y cimentar la justicia y la paz.