Pasar al contenido principal

divina

Madre de la divina misericordia

Cuando pensamos que Dios necesitó del hombre para ofrecer su Amor salvador. Cuando pensamos que quiso venir al mundo para caminar a nuestro lado. Cuando pensamos que el Cuerpo de Jesús necesitó una Madre que lo acogiese y amase para estar entre nosotros. Cuando pensamos que no hay Redención sin efusión de Sangre, y que no hay Sangre sin Encarnación... Entonces no podemos dejar de mirar a María, y llamarla, con el corazón lleno de esperanza, usando uno de sus títulos más bellos de la piedad mariana: “Madre de la divina misericordia”.

Madre de la divina misericordia

Cuando pensamos que Dios necesitó del hombre para ofrecer su Amor salvador. Cuando pensamos que quiso venir al mundo para caminar a nuestro lado. Cuando pensamos que el Cuerpo de Jesús necesitó una Madre que lo acogiese y amase para estar entre nosotros. Cuando pensamos que no hay Redención sin efusión de Sangre, y que no hay Sangre sin Encarnación... Entonces no podemos dejar de mirar a María, y llamarla, con el corazón lleno de esperanza, usando uno de sus títulos más bellos de la piedad mariana: “Madre de la divina misericordia”.

Vocación divina y valor

Lo más característico de una vocación consiste en entregar lo que se tiene, lo que se domina, para que Dios haga lo que quiera. Y Él da lo que esa persona no controla. Se requiere fe y humildad. El que le entrega todo a Dios es el que tiene más seguridad, que es una vida basada en la obediencia de la fe que hace avanzar en esa oscuridad luminosísima. Abraham tenía su seguridad personal y era de edad avanzada pero Dios le pide salir de su tierra, de su seguridad; quiere cosas más grandes de él.  

Filiación divina y amor a la Cruz

         La fiesta de la Santa Cruz nos recuerda el diálogo de Jesús con Nicodemo, cuando le habla del bautismo, de nacer de nuevo en el Espíritu; y esto lo une a la Cruz: “como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna”. ¿Es la cruz un símbolo que se levanta para que la miremos cuando venga el dolor y la cruz, y no veo en ella nada bueno?

Madre de la divina misericordia

Cuando pensamos que Dios necesitó del hombre para ofrecer su Amor salvador. Cuando pensamos que quiso venir al mundo para caminar a nuestro lado. Cuando pensamos que el Cuerpo de Jesús necesitó una Madre que lo acogiese y amase para estar entre nosotros. Cuando pensamos que no hay Redención sin efusión de Sangre, y que no hay Sangre sin Encarnación... Entonces no podemos dejar de mirar a María, y llamarla, con el corazón lleno de esperanza, usando uno de sus títulos más bellos de la piedad mariana: “Madre de la divina misericordia”.