Pasar al contenido principal

lágrimas

Las lágrimas del profeta

Las lágrimas del profeta

El profeta acababa de huir de la ciudad. Después de 3 meses de predicación, las cosas se habían puesto muy difíciles. Críticas, insultos, denuncias, y un proceso judicial que algunos pidieron para condenar a aquel personaje tan incómodo.

El profeta llegó a un bosque de robles. Cansado, bajo un árbol más tupido, se sentó. Empezó a recordar su predicación, y elevó su lista de protestas al Dios que lo había enviado.

Las lágrimas del Papa

Las lágrimas del Papa

 

¿Existe algo que pueda hacer llorar a un Papa? ¿Serán sus problemas de salud, sus cansancios, su vejez? Quizá un Papa llora porque hay cristianos perseguidos, porque hay mujeres maltratadas, porque hay niños que mueren de hambre o de tristeza, porque hay enfermos de SIDA a los que se les niega una medicina y un poco de respeto y de cariño.

Las lágrimas del Papa

Las cámaras de televisión captaron el instante inolvidable. El anciano Papa, Juan Pablo II, postrado ante la Señora, en la cueva de las apariciones de Lourdes, dejó caer, entre la emoción de todos, unas furtivas lágrimas, expresión incontenible de su estado de ánimo.

Ha sido la mejor homilía y el discurso más valioso que Juan Pablo ha pronunciado en su vida. Sin palabras y con el rostro transpuesto por la emoción, de sus ojos cansados brotaron las lágrimas más elocuentes que jamás un Papa nos había ofrecido en directo..

La paz florece de las lágrimas

"La paz más desventajosa es mejor que la guerra más justa...", decía Erasmo de Rotterdam. Y aunque hay siempre el “derecho de legítima defensa” del que tanto se habla en estos días, no es menos cierto que no hay que hacer daño a gente inocente. El que hace violencia injusta a un pueblo no deja a este pueblo amigo, y si no se hace con absoluta justicia este pueblo oprimido se sentirá humillado, y luego levantará la cabeza contra el agresor: el oprimido siempre levantará la cabeza, y entonces volverá su furor contra el agresor.

Las lágrimas del Papa

¿Existe algo que pueda hacer llorar a un Papa? ¿Serán sus problemas de salud, sus cansancios, su vejez? Quizá un Papa llora porque hay cristianos perseguidos, porque hay mujeres maltratadas, porque hay niños que mueren de hambre o de tristeza, porque hay enfermos de SIDA a los que se les niega una medicina y un poco de respeto y de cariño.

Las lágrimas del profeta

El profeta acababa de huir de la ciudad. Después de 3 meses de predicación, las cosas se habían puesto muy difíciles. Críticas, insultos, denuncias, y un proceso judicial que algunos pidieron para condenar a aquel personaje tan incómodo.

El profeta llegó a un bosque de robles. Cansado, bajo un árbol más tupido, se sentó. Empezó a recordar su predicación, y elevó su lista de protestas al Dios que lo había enviado.