Te doy gracias, Señor, de corazón,
feliz en tu presencia yo canto para ti.
He llegado hasta tu casa, Señor,
a dar gracias a tu nombre.
Por la sonrisa del niño que es feliz,
por el llanto amargo de quien pide perdón,
por la bondad del anciano corazón,
por la gente joven que vive del amor.
Por el trabajo que el mundo cambiará,
por el pan que gana mi padre con sudor,
por la ternura que tiene una mamá,
por María, madre, que Cristo nos dejó.
Por la palabra de Padre que nos das,
por el pan que parte tu Hijo en el altar;
por la fuerza joven de tu Espíritu, Señor,
por la vida eterna que en amor construirá.