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misa

Misa sin cura

Misa sin cura

Hay titulares de noticias que necesitan aclaración para evitar la confusión de los lectores. Tal es la que aparece publicada en algún medio, como Periodista digital en la que se dice textualmente:”Laicos de la región del Alto Ampurdán aprenden cómo celebrar misa el domingo sin sacerdote”. La titulación de esta noticia es inexacta e induce al error.

Motivaciones para no dejar la misa

En bastantes ambientes de España se constata el absentismo a la eucaristía dominical de muchos católicos, máxime de adolescentes y jóvenes, aunque no sólo ellos, que por motivos más o menos especiosos, han desertado de la misa dominical, pretendiendo justificar su actitud de cara a su mala conciencia o a la requisitoria de padres, educadores, sacerdotes y adultos responsables, que les interrogan por el motivo de su abandono.

La misa y las buenas personas

Está bastante arraigada entre amplios sectores de bautizados la disculpa o justificación ante otros, de su inasistencia a la misa dominical. Sabido es que la eucaristía es el centro de la vida de todo cristiano.

Hoy, a pesar de las facilidades que la Iglesia ha dado para poder participar los sábados y vísperas de fiesta a quienes no puedan de otro modo, el hecho es, que gran parte de católicos no cumplen con este primordial deber de su religión.

Una misa dominical

El sacerdote grita, según sus posibilidades, las primeras palabras de la misa. A su alrededor se mueve un grupo vivo y desnivelado de acólitos, algunos más inquietos, otros tranquilos, con pantalones de mil colores debajo de un roquete que llega hasta las rodillas.

Delante, en las primeras filas, está una muchedumbre de niños. Miran hacia delante, o litigan con el de al lado. Detrás, algunas señoras intentan poner orden entre los más pequeños.