Cuarto Domingo De Cuaresma
Cuarto Domingo De Cuaresma
2 R 5, 1-15
Lc 4, 24-30
2 R 5, 1-15
Lc 4, 24-30
"[...] ¿cómo van a invocar al Señor, si no creen en él? ¿Y cómo van a creer en él, si no han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír hablar de él, si no hay nadie que se los anuncie?”. Estas preguntas, que San Pablo se hace en la carta a los Romanos, creo que tienen un especial significado en este tiempo de Adviento en el que estamos preparando la venida del Señor.
“¿Dónde vamos a conseguir, en este lugar despoblado, panes suficientes para saciar a tal muchedumbre?”. Este párrafo del Evangelio nos ubica en una dimensión del Adviento muy básica: el hecho de que cada uno de nosotros tiene que saberse necesitado de Dios.
El Adviento, que es la época del año en la que nos preparamos para recibir a Jesucristo, Nuestro Salvador, nos recuerda que el Señor viene, y viene en la pequeñez, en la sencillez y en la humildad. Sin embargo, el evento de Belén, la pequeñez de Jesús, el hecho de que todo se manifieste en un ambiente sencillo, escondido, oscuro, nos podría hacer perder de vista la realidad de que el que viene es el Señor.
El Adviento, que es la época del año en la que nos preparamos para recibir a Jesucristo, Nuestro Salvador, nos recuerda que el Señor viene, y viene en la pequeñez, en la sencillez y en la humildad. Sin embargo, el evento de Belén, la pequeñez de Jesús, el hecho de que todo se manifieste en un ambiente sencillo, escondido, oscuro, nos podría hacer perder de vista la realidad de que el que viene es el Señor.
Balaam, del que nos habla el Libro de los Números, es un profeta contratado por los enemigos de Israel para que maldiga a este pueblo, y así poder vencerlo. Balaam en la Historia Sagrada representa el fruto del cálculo de los hombres para que no se realicen los planes de Dios. Pero, al mismo tiempo, Balaam es el triunfo de Dios sobre los cálculos de los hombres, sobre el modo en el cual los seres humanos consideramos las cosas.
Durante el Adviento la Iglesia nos anuncia, de una forma muy clara y muy fuerte, que tenemos que estar atentos para captar la venida del Señor; que constantemente debemos estar preparando la venida de Dios.
Hoy celebramos el nacimiento de Jesucristo, el Hijo de Dios. Y yo me pregunto si ya hemos sido capaces de reflexionar sobre lo que verdaderamente significa tener una “Feliz Navidad”.
Si fuéramos a una comunidad marginada y viéramos cómo pasan la Navidad muchas personas, seguramente diríamos: “Pobre gente, no tienen nada para poder pasar una Feliz Navidad”. ¿Creo yo que tener una Feliz Navidad necesariamente significa tener comida, bebida, música, luces de colores y a toda mi familia alrededor?
Hoy celebramos el nacimiento de Jesucristo, el Hijo de Dios. Y yo me pregunto si ya hemos sido capaces de reflexionar sobre lo que verdaderamente significa tener una “Feliz Navidad”.
Si fuéramos a una comunidad marginada y viéramos cómo pasan la Navidad muchas personas, seguramente diríamos: “Pobre gente, no tienen nada para poder pasar una Feliz Navidad”. ¿Creo yo que tener una Feliz Navidad necesariamente significa tener comida, bebida, música, luces de colores y a toda mi familia alrededor?
Juan Bautista aparece en el Evangelio como la figura del hombre que precede a Cristo. Y no cabe duda que la misión de Juan Bautista, la misión de preparar el camino del Redentor, la misión de precursor se encaja en su vida como algo que él tiene que vivir, que tiene que aceptar.