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hombre

Dichoso el hombre que da”

Dichoso el hombre que da”

A veces creemos que la felicidad está en el tener. Queremos tener más cosas, más aventuras, más tiempo libre, más trabajo, más fiestas, más seguridades...

Pero nada nos llena plenamente. El coche comprado con tanto esfuerzo después de un año nos causa un sinfín de problemas. La casa nueva ya empieza a mostrar signos de cansancio. La fiesta iniciada entre bailes y cervezas termina con un fuerte dolor de cabeza.

El sueño del hombre y el sueño de Dios

Soñar no es algo sólo para niños. Los grandes también necesitamos momentos de fantasía en los que la vida brille de un modo distinto, fresco, alegre. Es cierto que no podemos vivir en los sueños. Los sueños no producen computadoras, ni construyen rascacielos, ni llenan los bolsillos con un poco de dinero. Pero, ¿de qué sirve tener comida, casa y familia si falta esa ilusión y esa alegría que da un toque especial a todo lo que nos rodea?

El mal, el hombre y Dios

El mal nos escandaliza. Millones de niños que mueren de hambre, guerras endémicas que hunden en la pobreza a los pueblos, atentados criminales que acaban con la vida de inocentes, médicos que practican el aborto como si fuese una operación ordinaria.

Ante tantos males, ante tanto dolor, muchos se rebelan. Algunos llegan a negar que Dios exista. No ven cómo sea posible pensar que exista un Dios bueno mientras el mundo vive dramas profundos e injusticias que claman al cielo.

No eres hombre del ayer

Hablar de ti no es fácil que me perdone el tiempo
tu voz era la miel tus ojos los de un siervo,
de manos delicadas, pero fuertes como el hierro.
Tú, pescador del mar agricultor de paz
minero que llegaste al interior de mi silencio.

Cristo, Cristo no eres hombre del ayer
eres fuerza que trae el amanecer.
Cristo, el Hijo, con el viento gritaré
soy mil voces que una sola puede ser.

Hombre verdadero

Hombre verdadero

Yo no se que está pasando,
parece quieren cambiarme
al hombre que llevo dentro
y que vive en cada gente.

Yo no se si ya no escucho,
o si es él quien me habla menos,
lo que siempre fue su canto
hoy presiento que es mi llanto.

Eres, Jesús, el carpintero,
el de alegrías y quebrantos
de pobres y afligidos,
de mi canto y el de tantos.
Jesús, amor, Padre, ternura,
Dios del pan, Dios del madero.
Señor de la esperanza,
eres el hombre que yo espero.

El hombre que yo conozco
no es de espuma y vanidades,
siempre es libre y verdadero;

La Abeja y el Hombre

Las abejas, en general, gozan de buena fama. Bueno, tienen buena fama siempre que no nos dejen el grato recuerdo de su aguijón y de su veneno... Las abejas son famosas por su miel y su jalea real. Se nos presentan como un complejo modelo de laboriosidad, de “altruismo”, de organización eficaz, de vida comunitaria productiva.

El hombre perfecto

El hombre perfecto

1. PERFECCIÓN PSÍQUICA DE JESÚS.-

¿Pero había un alma sana en este cuerpo? En vista de lo extraño de su conducta, enseñanzas y aspiraciones, es muy comprensible que el hombre vulgar contemporáneo de Jesús, carente del sentido de lo extraordinario y de lo heroico, y cuyo criterio no salía de lo común, quedase perplejo y aun contrariado ante la figura de Jesús, considerándole a veces psíquicamente enfermo.