La prudencia
“No se pongan en el tocadero”
“No se pongan en el tocadero”
Leí hace tiempo de dos amigos pescadores que oyeron que en un lago cercano había aquel día buena pesca. Uno de los dos entró en trepidación: busco información más segura sobre la noticia, después habló con varios pescadores sobre la veracidad de los rumores, procuró sacarles pistas sobre los lugares para pescar mejor, y también procuró conocer los distintos tipos de cebo que irían mejor. El segundo tomó enseguida una caña, iba pillando algunos insectos por el camino para usarlos como cebo, fue corriendo al lago y echó los anzuelos al agua.
Hay dos grandes tipos de virtudes: las infusas y las naturales. Las primeras las da Dios directamente y las segundas son el resultado de un continuo repetir actos buenos. Dentro de las virtudes infusas hay una subdivisión más: por una parte están las virtudes teologales y por otro las cardinales.