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caridad

No tengo Tiempo

NO TENGO TIEMPO

 

Hasta luego, Señor, excúsame,

no tengo tiempo.

Volveré a pasar, no puedo esperar,

no tengo tiempo.

Termino esta carta porque

no tengo tiempo...

Me hubiera gustado ayudarlos pero

no tengo tiempo.

Imposible aceptar,

me falta tiempo.

No puedo reflexionar, no puedo leer,

me veo desbordado,

no tengo tiempo.

Me gustaría rezar,

pero no tengo tiempo.

(...)

Esta noche, Señor,

no te pido el tiempo de hacer esto,

y aquello y lo de más allá,

Finura en el trato

Finura en el trato

La delicadeza en el trato es una de las cosas más agradables de la convivencia en una familia o en un grupo de amigos. Se trata de apreciar a los demás, sin miedo a querer, pero sin familiaridades.

Se trata de un “esfuerzo”, porque de modo espontáneo no suele brotar ese trato delicado, que es fruto de la propia exigencia. Contra el trato fino va la brusquedad, ese modo áspero y desapacible de comportarse que nada tiene que ver con la fortaleza en el trato.

La caridad es paciente

San Pablo presenta, como primer adjetivo para la caridad, la paciencia (cf. 1Cor 13,4). ¿Se trata de una casualidad? ¿Puso la palabra “paciente” en el inicio de la lista porque “sonaba bien”? ¿O no se tratará, más bien, de algo “dictado” por el Espíritu Santo, como un fruto de la experiencia de quien conoce a Cristo y, a través de Cristo, al Padre?

El sacramento de la caridad

Llamar a la Eucaristía “Sacramento de la caridad” es una hermosa manera para explicar cuál es nuestra vocación más profunda como cristianos: la caridad.

Somos cristianos porque Dios nos ama, porque nos quiere rescatar del pecado, porque nos permite que seamos hijos, porque nos ofrece en Cristo el abrazo eterno de Su Misericordia.

Necesitamos creer, necesitamos celebrar, necesitamos vivir auténticamente estas verdades que nos permiten ser cristianos auténticos.

La Caridad Evangélica

El mundo se ha librado del ateísmo de estado; pero se ha quedado con otro mucho peor: el ateísmo del nuevo paganismo, que en el lugar de los grandes valores cristianos coloca sus nefandos anti-valores.

Roma, 22 de octubre de 1993

A TODOS LOS MIEMBROS

DEL MOVIMIENTO

«REGNUM CHRISTI»

Muy estimados en Jesucristo:

Les hago llegar a todos y cada uno de ustedes, dispersos por los diversos países del mundo, un efusivo y cordial saludo.

El sacramento de la caridad

Llamar a la Eucaristía “Sacramento de la caridad” es una hermosa manera para explicar cuál es nuestra vocación más profunda como cristianos: la caridad.

Somos cristianos porque Dios nos ama, porque nos quiere rescatar del pecado, porque nos permite que seamos hijos, porque nos ofrece en Cristo el abrazo eterno de Su Misericordia.

Necesitamos creer, necesitamos celebrar, necesitamos vivir auténticamente estas verdades que nos permiten ser cristianos auténticos.

“La caridad es paciente”

San Pablo presenta, como primer adjetivo para la caridad, la paciencia (cf. 1Cor 13,4). ¿Se trata de una casualidad? ¿Puso la palabra “paciente” en el inicio de la lista porque “sonaba bien”? ¿O no se tratará, más bien, de algo “dictado” por el Espíritu Santo, como un fruto de la experiencia de quien conoce a Cristo y, a través de Cristo, al Padre?  

El sacramento de la caridad

Llamar a la Eucaristía “Sacramento de la caridad” es una hermosa manera para explicar cuál es nuestra vocación más profunda como cristianos: la caridad.

Somos cristianos porque Dios nos ama, porque nos quiere rescatar del pecado, porque nos permite que seamos hijos, porque nos ofrece en Cristo el abrazo eterno de Su Misericordia.

Necesitamos creer, necesitamos celebrar, necesitamos vivir auténticamente estas verdades que nos permiten ser cristianos auténticos.