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Redacción Church Forum

Acto de abandono al Padre

Padre, me pongo en tus manos.

Haz de mí lo que quieras. Sea lo que fuere, por ello te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo.

Lo acepto todo, con tal de que se cumpla tu voluntad en mi y en todas tus creaturas. No deseo nada más Padre.

Te encomiendo mi alma, te la entrego con todo el amor de que soy capaz, porque te amo y necesito darme, ponerme en tus manos sin medida, con infinita confianza, porque tú eres mi Padre.

Acordaos (Memorare)

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Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benigna mente. Amén.

Salve Regina

Salve, Regina, mater misericordiae;

vita dulcendo et spes nostra, salve.

Ad te clamamus, exules, filii Evae.

Ad te suspiramus, gementes et flentes in

hac lacrimarum valle.

Gloria

Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto.

Sicut erat in principio, et nunc et semper,

et in saecula saeculorum,

amen.

Credo

Credo in unum Deum,

Patrem omnipoténtem,

factórem caeli et terrae,

visibílium óminum et invisíbilium.

Et in unum Dóminum Iesum Christum Filium Dei unigénitum.

Oración por las vocaciones III

Señor Dios, Padre Celestial, Tu Hijo Jesucristo nos dijo: "La mies es abundante, pero los obreros pocos. Pedid al dueño de la mies que envíe obreros a su mies". Animados por estas enseñanzas, te pedimos que envíes a tu Iglesia, numerosas y santas vocaciones para el sacerdocio, a la vida religiosa y al apostolado laical. Consérvales fieles en su ministerio hasta el fin; y concédeles, por tu Espíritu Santo, un gran amor a Dios y a los hermanos, para que en su ministerio y en su vida busquen solamente tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Oración por las vocaciones II

Jesús que sientes compasión al ver la multitud que está como ovejas sin pastor, suscita, en nuestra Iglesia, una nueva primavera de vocaciones.

Te pedimos que envíes: Sacerdotes según tu corazón que nos alimenten con el Pan de Tu Palabra y en la mesa de Tu Cuerpo y de Tu Sangre; Consagrados que, por su santidad, sean testigos de Tu Reino; Laicos que, en medio del mundo, den testimonio de ti con su vida y su palabra.