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Redacción Church Forum

Oración por las Vocaciones de Juan Pablo II

Padre Bueno, en Cristo tu Hijo nos revelas tu amor, nos abrazas como a tus hijos y nos ofreces la posibilidad de descubrir, en tu voluntad, los rasgos de nuestro verdadero rostro.

Padre santo, Tú nos llamas a ser santos como Tú eres santo. Te pedimos que nunca falten a tu Iglesia ministros y apóstoles santos que, con la palabra y con los sacramentos, preparen el camino para el encuentro contigo.

Letanías a la Misericordia Divina

Letanías a la Misericordia Divina 

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.

Jesucristo, óyenos: Jesucristo escúchanos.

Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.

Santísima Trinidad, que sois Un solo y verdadero Dios, ten piedad

De nosotros.

1.- Jesús, Rey de Misericordia, que has redimido el mundo./ EN TÍ CONFÍO

Coronilla a la Divina Misericordia

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Coronilla a la Divina Misericordia 

 Coronilla que Jesús Misericordioso enseñó a la beata Sor Faustina el 13 de septiembre de 1935

Promesa del Señor: A las almas que recen esta coronilla, Mi misericordia las envolverá en vida y especialmente a la hora de la muerte. (754)

Oraciones iniciales

Señal de la Cruz
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
 

Homilia Domingo de Ramos 2

Homilía Domingo
de Ramos, Siclo C


En el
pórtico de la Semana Santa

1. Domingo de Ramos en la pasión del Señor
es el título litúrgico de este domingo que abre
solemnemente la Semana Santa, con el recuerdo de las
Palmas y de la pasión, de la entrada de Jesús en
Jerusalén y la liturgia de la palabra que evoca la
Pasión del Señor, con los acentos inconfundibles del

La Cuaresma

La Cuaresma


Desde hace muchos Siglos en la Iglesia durante cuarenta
días se hace penitencia para poder vivir, purificados, la Pascua. Muy pronto
se relacionó este tiempo eminente de conversión con el sacramento de la
reconciliación, costumbre que queda hasta nuestros días al pedimos la
Iglesia que nos confesemos al menos una vez al año, por la cuaresma, o antes
si hay peligro de muerte.