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V

La Vida Consagrada

 

Todos los católicos estamos llamados al seguimiento de Cristo. Por el bautismo nos hacemos Hijos de Dios, Hermanos de Jesucristo y Templos vivos del Espíritu Santo. Por lo tanto, la vida de los católicos, si quieren ser fieles y coherentes con su bautismo no puede ser la misma que la de una persona no bautizada. La imitación de Cristo será la tarea fundamental en su vida.

El valor de cada hijo

Hay dos modos opuestos de ver a un hijo. El primero consiste en verlo como una posesión, como un resultado, como “algo” que satisface los deseos de sus padres. El segundo consiste en verlo como un don maravilloso que pide cuidado, cariño, ayuda, amor.

Valor del sufrimiento

Valor del sufrimiento

Los seres humanos queremos ser felices a toda costa. Y lo seremos –por la eternidad- si somos fieles a Dios en esta vida terrena. De los grandes males, Dios saca grandes bienes. La única razón por la que Dios permite el mal, dice Santo Tomás, es para sacar de allí un mayor bien.

—A mí no me gusta el cristianismo porque exalta el sufrimiento—, decía una conocida mía.
A quien podríamos contestarle:

Vivir la Liturgia

Vivir la Liturgia

La liturgia es la celebración de la fe. La acción más noble que la Iglesia puede celebrar es la liturgia; no es tema sólo de clérigos sino que también es propia de los laicos. La liturgia es la realidad misma de los sacramentos en cuanto vividos y celebrados por la comunidad.

El valor de la espera

 

El que un adolescente sea casto es absolutamente esencial para su felicidad. No te dejes engañar y pienses que la mayoría de los jóvenes tienen relaciones sexuales. ¡No las tienen! Hay mucho que saber y que pensar antes de acceder a ellas.

Las relaciones sexuales entre adolescentes son un riesgo para tu cuerpo, para tus emociones y para tu futuro. Es maravilloso que en Estados Unidos crezca cada vez más la abstinencia sexual entre los jóvenes.

Voluntad firme

En la vida del miembro del Movimiento, la abnegación se expresa en el
cultivo de una voluntad firme, contra las veleidades de los
sentimientos y las emociones, en el dominio y temple del carácter, en
el control de las reacciones emotivas desordenadas, en la renuncia a
aquello que impide la donación del hombre a Dios y a los demás,
renuncia que unas veces es necesaria, porque se identifica con la
renuncia al pecado, y otras veces puede ser muy conveniente, según las
inspiraciones del Espíritu Santo, para la purificación y el

Visita a las Siete Casas en Familia

Visita a las Siete Casas en Familia


La "Visita de las Siete Casas" es una costumbre popular que consiste en visitar siete lugares donde esté el Santísimo Sacramento expuesto el Jueves Santo.

Esta costumbre tiene como los demás elementos de nuestro catolicismo popular, grandes valores cristianos y humanos que hay que saber conservar y profundizar.