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Tercer milenio: Un punto de partida

Tercer milenio: Un  punto de partida

Ya dejaremos de oír hablar de cambio de milenio, pues hemos cruzado el umbral del 1 de enero del 2001, después del nacimiento de Jesucristo. ¿Final de una época? ¿Un punto de partida? Quizá ha habido tanta discusión sobre cuándo comenzaba el siglo y el milenio que entre las dos posibilidades muchos no han disfrutado de este acontecimiento.

Tercer milenio: Un punto de partida

Tercer milenio: Un  punto de partida

Ya dejaremos de oír hablar de cambio de milenio, pues hemos cruzado el umbral del 1 de enero del 2001, después del nacimiento de Jesucristo. ¿Final de una época? ¿Un punto de partida? Quizá ha habido tanta discusión sobre cuándo comenzaba el siglo y el milenio que entre las dos posibilidades muchos no han disfrutado de este acontecimiento.

Toda la vida detrás de una zanahoria...

Recuerdo de pequeño la imagen del burro, al que oía con frecuencia pues era de un vecino que hacía cestos. Me gustaba subirme a él, tenía un encanto especial y oía con satisfacción sus rebuznos, que procuraba imitar. Me sorprendió ver en los tebeos la imagen del burro que va con una zanahoria “a cuestas”, se la ponen delante de los ojos para que vaya adelante, siempre adelante...

Todos llamados a ser santos

La fiesta de todos los santos nos recuerda la multitud de los que han conseguido de un modo definitivo la santidad, y viven eternamente con Dios en cielo, con un amor que sacia sin saciar. Es también la fiesta de todos os que estamos llamados a unirnos a los que forman la Iglesia triunfante: nos anima a desear esa felicidad eterna, que solo en Dios podemos encontrar.

Tenemos muchos amigos, pero sólo un Amigo

Tenemos muchos amigos, pero sólo un Amigo

Todos tenemos la tendencia a amar y sentimos la necesidad de ser amados. ¡Cuánto sufre una esposa cuando siente que su marido ya no la ama! ¡Cuánto les duele a los hijos cuando ven a sus padres separarse! Muchas veces el amar y el sentirse amado parecen sólo una ilusión.

Hay una Persona que satisface esta sed existencial del hombre. Él no quiere fallarnos, ni puede hacerlo. Es Jesús de Nazaret. Es la única persona que llena totalmente el corazón del hombre.