Salve, Madre bondadosísima
Salve, Madre bondadosísima
¡Salve, Madre bondadosísima,
que todo lo ves y escuchas,
aún de lejos!
¡Recibe mi saludo, humilde, reverente y filial;
adivina el ferviente palpitar de este corazón
que a través del mar
llega hasta el tuyo!
¡Alégrate, sublime Mujer del Cielo,
y recibe mi agradecimiento
por tus muchos beneficios y prodigios!
¡Madre de nuestras madres,
omnipotente por gracia ante el corazón de Dios,
ruega por nosotros, pecadores!