Pasar al contenido principal

R

La regla de las tres C

Mi mamá me regaña y hasta me castiga cuando descubre que le he dicho una mentira, platica Maru, de ocho años de edad. Lo raro, continúa la niña, es
que ayer fuimos a un restaurante y de buenas a primeras me dijo: ’Ahí
viene la señorita, si te pregunta tu edad le dices que tienes seis,
¿entendiste?’

Religión y desarrollo

El ex Primer Ministro de Inglaterra, Tony Blair, señaló en una entrevista a L'Osservatore Romano que la religión -refiriéndose concretamente la Iglesia Católica- tiene un rol crucial en el desarrollo de los pueblos y siempre está orientada a lograr el bien común.

Te rezo, Señor.

Te rezo, Señor.

 

 

Te rezo, Señor, con la constancia del mar
contra la roca,
cuando tu corazón como ajeno calla.

Te rezo, Señor, con la constancia amorosa
de la ola que acaricia la orilla,
cuando tu corazón como regazo
me recoge, mansísimo.

Quiero, como el mar, guardar el límite exacto
que me trace tu voluntad en cada costa.
Quiero ser plácida y tempestuosa cuando Tú quieras.
Ser profunda como un grano de sal incorruptible
en cada día de mi vida.

Señora del silencio

Señora del silencio

 
 

Madre del silencio y de la humildad,
Tu vives perdida y encontrada
en el mar sin fondo del Misterio del Señor

Eres disponibilidad y receptividad.
Eres fecundidad y plenitud.
Eres atención y solicitud por los hermanos.
Estas vestida de fortaleza.

En ti resplandecen la madurez humana
y la elegancia espiritual.
Eres señora de Ti misma
antes de ser señora nuestra.

Reconociendo la maternidad de Maria

Reconociendo la maternidad de Maria

 

Oh Señora Santa María!,
aclamamos con júbilo
las grandezas
que el Altísimo
ha realizado en Ti.
Con alborozo
elevamos nuestra gratitud
por los dones extraordinarios
con que te ha adornado
el Señor.
Y con honda piedad filial
te reconocemos
como verdadera Madre nuestra,
cumpliendo así
el testamento que nos dio
el Señor Jesús
desde el Árbol de la Cruz:
«He ahí a tu Madre».

 

Regina cæli 2

Regina cæli

V. Alégrate, Reina del cielo; aleluya,
R. Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.

V. Ha resucitado, según predijo; aleluya,
R. Ruega a Dios por nosotros; aleluya.

V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya,
R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente; aleluya.