El
bebé al nacer, tiene que ser cuidado, atendido por personas adultas, y
son sus padres por lo general los que deciden por él, qué come, dónde
duerme, cuándo se baña, etcétera.
Al ir creciendo el niño va descubriendo lo que quiere y empieza a
tomar sus propias decisiones. También va adquiriendo responsabilidades,
en la escuela y en el hogar. Si quiere aprender a nadar, tiene que
cumplir con su clase. Si espera que su vecino juegue con él, le tiene
que prestar sus juguetes. Si le pega a su hermano sabe que recibe una
reprimenda.
En fin, se da cuenta que no vive solo, que es parte de una sociedad
y que no puede hacer únicamente lo que él quiere. El niño pequeño
también tiene muy poca conciencia de lo que afecta a las demás
personas. Juan quiere la paleta de María y se la quita y es la mamá de
Juan la que tiene que enseñarle qué está bien y qué está mal. Ya que si
se queda con la paleta, además de que es injusto con María, puede
recibir un castigo.
Poco a poco el niño se convierte en adulto y adquiere conciencia de
sí mismo, de las obligaciones y responsabilidades que tiene tanto
consigo mismo como con los demás, así como también de sus derechos.
Reconoce que como no está solo y vive en sociedad, lo que él quiere
puede afectar a otras personas, que la propia libertad termina donde
empieza la de los demás. Ha aprendido también que cada decisión que
tome tiene consecuencias.
Los padres son los principales formadores de la conciencia del bien
y del mal en el niño, y depende de esta formación que ya como persona
adulta sepa tomar decisiones tomando en cuenta tanto los derechos como
las obligaciones que tiene.
Si estudia , junto con el derecho de aprender, tiene que cumplir
con ciertas obligaciones, como las tareas, el horario de la escuela, y
los reglamentos de la misma.
Es importante recordar y enseñarlo así, que por cada decisión o
acción que se tome, se adquieren beneficios y también
responsabilidades, y que de ello depende vivir más felices y en paz.
En ocasiones se toman decisiones precipitadas sin conciencia exacta
de las responsabilidades que conllevan que pueden ser demasiado
pesadas, esto ocurre muchas veces por falta de madurez.
En los padres recae la responsabilidad de formar al niño para que
pueda ser un adulto consciente de sus derechos pero también de sus
obligaciones el día de mañana.